Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
La ministra de Defensa, Carme Chacón, pasa revista a las propas que rindieron honores a su llegada al aeropuerto de Kabul. :: AFP
ESPAÑA

El Gobierno asume que la misión en Afganistán es la «más dura y arriesgada»

Chacón evita poner fecha a la retirada de las tropas y ve legítimo que el ciudadano cuestione la presencia española en el país asiático

MATEO BALÍN ENVIADO ESPECIAL
QALA I NOW.Actualizado:

Barack Obama se atrevió a poner fecha al inicio de la retirada de tropas de Afganistán: julio de 2011. El Gobierno español, no. Ni siquiera para fijar una meta psicológica a los soldados españoles que sirven en lo que la propia Carme Chacón calificó ayer como la misión «más dura, compleja y arriesgada» de cuantas desarrollan las Fuerzas Armadas en el exterior. La ministra de Defensa advirtió en su visita navideña a la nueva base de Qala i Now que el trabajo sólo concluirá «cuando los afganos puedan proteger a su nuevo país».

La tarea es ímproba porque es un país roto por más de treinta años de guerra y enfrentamientos políticos. La sociedad está fragmentada y dividida por sus vínculos tribales y religiosos y no hay instituciones sólidas. La autoridad del presidente Hamid Karzai, cuya legitimidad fue puesta en entredicho en los comicios de octubre y noviembre, apenas abarca la capital, Kabul.

Que el Ejército español se prepara para una larga empresa es algo que pone de manifiesto la propia estructura de la base que Chacón visitó ayer en Badghis, la única región sobre la que España tiene mando (aunque también está presente en Herat). El acuartelamiento es una superficie de 70 hectáreas y estará plenamente operativa en junio. El cuartel más grande de cuantos tiene España en el exterior ha costado 44 millones -dos millones para comprar los terrenos al Gobierno afgano- y tiene capacidad máxima para 1.300 militares. Actualmente hay 1.068 soldados españoles, pero con los refuerzos anunciados se llegará a 1.500 a mediados del año entrante. En las instalaciones trabajan 300 civiles afganos.

Allí la ministra de Defensa se entrevistó con el gobernador civil de Badghis, el jefe de la policía y el encargado del distrito de Qala i Now. Y recibió información de primera mano sobre el clima de inseguridad que reina en la zona. En lo que va de mes, los militares han sufrido tres ataques de la insurgencia cuando realizaban labores de escolta al Ejército Nacional Afgano.

Controlar la insurgencia

El principal cometido de los efectivos que aún están por llegar -tanto los 220 soldados aprobados por el Congreso en noviembre, como los 511 notificados hace unos días por Chacón- es mantener una mayor presencia sobre el terreno para evitar que la insurgencia domine puntos estratégicos de esta provincia, que tiene unos 700.000 habitantes y el tamaño de Cáceres.

Este tipo de misión ha abierto un debate entre las fuerzas políticas españolas. Aunque la mayoría, a excepción de IU, respalda la presencia de España en Afganistán, también ponen en duda que deba considerarse una misión de paz. Consciente de la polémica, Chacón reconoció en su discurso que «es legítimo que los ciudadanos se pregunten qué hace España aquí y la respuesta es vuestro trabajo». Sin embargo, al describir sus funciones puso el acento en el aspecto puramente humanitario: la construcción de un hospital, seis clínicas, seis escuelas, tres institutos, 160 kilómetros de carreteras, agua potable y la formación de un ejército y una policía afganos.

Defensa hace hincapié en que entre los cometidos del destacamento en Qala i Now estará, de hecho, la formación de 2.000 policías y soldados afganos durante el próximo año, para lo que el Ejército aportará tres equipos de instrucción que se sumarán a los dos que ya trabajan en Afganistán con medio centenar de militares. El nuevo complejo servirá además de base de trabajo para la Agencia Española de Cooperación Internacional en la provincia.