Sólo la familia cristiana garantiza el futuro «moral y biológico de Europa», asegura Rouco Valera
Católicos de toda Europa defienden su modelo de familia en una misa multitudinaria que respaldó el Papa
MADRID. Actualizado: GuardarEl aborto, el divorcio y la quiebra del matrimonio tradicional minan la salud de la familia. Una precaria estabilidad que «se agrava» además con la crisis económica y unas leyes que facilitan la ruptura familiar y el matrimonio homosexual. Lo cree el cardenal arzobispo de Madrid y presidente del episcopado español, Antonio María Rouco Varela, y lo sostuvo en la homilía de la multitudinaria misa de las familias que, por tercer año consecutivo, se celebró en el corazón de Madrid. Decenas de miles de católicos llegados de toda Europa defendieron ayer su modelo de familia en una fría pero soleada jornada atendiendo a la llamada del obispado de Madrid y de comunidades neocatecumenales como la que comanda Kiko Argüello. El Papa Benedicto XVI se dirigió a los congregados desde la Plaza de San Pedro de Roma y realizó también una encendida defensa del modelo de familia tradicional y el matrimonio cristiano. Sobre este modelo descansa, según el cardenal Rouco Varela, el futuro de Europa.
Más de ochocientos autobuses llegados de todos los rincones de España y muchos puntos Europa trajeron a Madrid a buena parte de la multitud de feligreses congregados para celebrar los valores de la familia cristiana ante un panorama que el propio Rouco reconocía como «oscuro y desolador», «nada halagüeño» y que «se agrava» con leyes discordantes con el espíritu cristiano. Pero se agrava sólo a «primera vista», ya que, según dijo el prelado a los asistentes, «con el sí gozoso a vuestro matrimonio y a vuestra familia, como santuario de la vida y fundamento de la sociedad, estáis abriendo de nuevo el surco para el verdadero porvenir de Europa del presente y del futuro». Según Rouco, sin las familias cristianas «Europa se quedaría prácticamente sin hijos, o lo que es lo mismo, sin el futuro de la vida, sin el futuro del amor». «El futuro de Europa, moral, espiritual e incluso biológico pasa por la familia realizada en su primordial y plena verdad», resumió el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Críticas
Los convocantes esperaban reunir un millón de asistentes. Acudieron decenas de miles, aunque se hizo evidente una menor presencia de fieles que en las dos convocatorias anteriores. En su férrea defensa de la familia tradicional, pero en un tono menos beligerante del que acostumbra, Rouco no ahorró críticas al aborto, el divorcio los anticonceptivos, o los matrimonios entre personas del mismo sexo. «El derecho a la vida del niño, todavía en el vientre de su madre -del 'nasciturus'- se ve lamentablemente suplantado en la conciencia moral de un sector cada vez más importante de la sociedad y en la legislación que la acompaña y la estimula por un supuesto derecho al aborto en los primeros meses del embarazo», lamentó.
Recurrió a las palabras que Juan Pablo II pronunció en su primera y lejana visita a Madrid para referirse «al respeto absoluto a la vida humana que ninguna persona o institución privada o pública puede ignorar» «Quien negara la defensa a la persona humanas ya concebida aunque todavía no nacida -recordó-, cometería una gravísima violación del orden moral. Nunca se pude legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad», sostuvo.
Rouco defiende la familia cristiana como la única «verdadera» frente a los demás modelos que también critica y repudia, ya que «parecen adueñarse de manera avasalladora y sin réplica alguna de la mentalidad y de la cultura de nuestro tiempo». También hay, a su juicio, un «verdadero y único matrimonio que es el que una al varón y la mujer» al que se castiga con la «facilitación jurídica del divorcio hasta extremos impensables y asimilables al repudio».
Las mismas claves encerró el mensaje del Papa Benedicto XVI, recibido desde el Vaticano a través de pantallas de vídeo gigantes con una cerrada ovación. Fue a mediodía, la hora del ángelus, celebrado desde la ventana de los aposentos papales y sin asomo de secuelas de la agresión sufrida por el Papa del día de Navidad. Dedicó el Pontífice más de la mitad de su intervención a defender en castellano ante los reunidos en Madrid el matrimonio y la familia cristianos. «Uno de los mayores servicios que los cristianos podemos prestar es ofrecer nuestro testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola». Una salvaguarda que para el Papa «es de suma importancia para el presente y el futuro de la humanidad». Para el Papa «la familia es la mejor escuela, donde se aprende a vivir aquellos valores que dignifican a la persona y hacen grandes a los pueblos».