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«Este problema con las viviendas no es exclusivo de Chiclana»

El regidor considera clave el «consenso» con los propietarios para que tenga éxito el inminente proceso de regularización José M. Román Guerrero Alcalde de Chiclana

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Ha sido increpado por otros políticos y por muchos vecinos en los últimos meses. Ostenta la máxima responsabilidad en el Ayuntamiento chiclanero, y también estuvo en los anteriores Gobiernos socialistas a los que la oposición culpa de los desmanes y el descontrol urbanístico que ahora vive Chiclana. Además, a José María Román le ha tocado afrontar como alcalde una de las situaciones más delicadas y polémicas que se recuerdan en el municipio, como ha sido el derribo esta semana de diez casas en Majadillas Bajas. Apenas unos días antes LA VOZ habló con él de urbanismo, de la repercusión que las viviendas ilegales ha tenido y sigue teniendo en la imagen de la ciudad, y de las soluciones que se darán a un problema complejo.

-¿Tiene usted la conciencia tranquila un año después de haber firmado con PSA e IU la moción de censura contra el entonces alcalde del PP, Ernesto Marín?

- Absolutamente. Si la oposición, por el hecho de serlo, hace una crítica derrotista de este último año en el que se han desbloqueado asuntos muy importantes para la ciudad, esa crítica pierde toda su credibilidad de inmediato.

-¿Ha conseguido, como pregonaba antes de la moción, lavar la imagen de Chiclana en este año?

-Creo que sí; a pesar de que algunas fuerzas políticas han seguido empeñadas en ensuciar el buen nombre de esta ciudad, sin darse cuenta de que decir bajezas sobre Chiclana para atacar al Gobierno no ayuda al municipio que representan.

-El problema urbanístico empieza a mostrar su cara más dura, con los derribos de casas; ¿Se arrepiente de haber iniciado el proceso de regularización por el desgaste político que puede suponer?

-Yo pienso que los respectivos gobiernos tienen la responsabilidad de gobernar; ello supone ser consecuentes con los temas que necesita una ciudad para seguir avanzando. Es verdad que hay una fuerte oposición a las Ordenanzas, pero también es verdad que hay muchos propietarios a favor de desarrollar un proceso de legalización en una ciudad donde conciliar es difícil. Pensamos que los planteamientos sectoriales son malos para la convivencia. No puede imperar un grupo sobre la globalidad; estamos haciendo un esfuerzo para dar una solución global.

-¿Qué opina sobre la dicotomía entre legales e ilegales que se ha generado en la ciudad en estos últimos meses?

-Es una consecuencia de la tensión generada por algunos en la calle. Aún así, la realidad es que las conversaciones con los colectivos de propietarios de viviendas están por encima de mensajes propagandísticos. Estamos intentando desde hace semanas cerrar un acuerdo del 100% con la plataforma de afectados sobre la regularización. Si no podemos lograr un acuerdo total intentaremos que el consenso sea el mayor posible.

-¿Puede decirse que Chiclana ha logrado controlar el problema de la edificación ilegal?

-Yo creo que sí. Este tema, que también se da en muchos otros sitios y no es exclusivo de Chiclana, se ha empezado a controlar. Nosotros hemos cerrado acuerdos con las federaciones de vecinos y ahora negociamos con la Plataforma. Es curioso que los directamente afectados estén en el diálogo, y la parte política se niegue a sentarse a negociar. Ello pone de manifiesto quién tiene interés en resolver el asunto y quién tiene otros intereses.