¿El nuevo ángel de la moda?
El inquietante actor John Malkovich despunta en la industria del diseño con una colección masculina concebida para aguantar «el paso del tiempo» y no ser «desguazada» rápidamente
Actualizado: GuardarIba para conductor de autobús y hasta probó suerte como pintor de brocha gorda. Trabajó también como empleado de almacén tras colgar los estudios universitarios de Ecología. Parecía predestinado a encadenar un personaje tras otro. Dentro y fuera de los escenarios. De hecho, relaciona el oficio de la interpretación con el estilismo: «Me gusta experimentar la transformación también en los trajes de diseño». Si en 'Cómo ser John Malkovich' daba pistas sobre cómo adentrarse en su compleja personalidad al interpretarse así mismo, poco después enseñó a unos pocos elegidos a vestirse como él. El actor y director estadounidense más europeo comenzó a diseñar ropa para un selecto grupo de amigos, entre los que figuraban artistas, músicos y escritores. Sin ningún tipo de aspiración comercial. Ahora va más lejos al proyectar su imagen personal para todos los públicos.
Huelga decir que Malkovich es un enamorado de la ropa. Un dandi. No hay más que verle. Durante muchos años abanderó el estilo de Antonio Miró, su diseñador fetiche. Sostiene que la gente bien vestida demuestra «madurez» al poseer una «especie de disciplina interior».
Amante de los trajes de lino con corbata y un punto excéntrico al combinarlos frecuentemente con boinas y medias blancas, nunca descuida su indumentaria; sobre todo, cuando se lanza a la conquista de alguna mujer. Primera regla de Malkovich: «Cuando uno tiene una cita con una chica, debe asegurarse de estar muy bien vestido».
En sintonía con Paco Rabanne, que considera «imbéciles, borregos y cretinos» a quienes siguen las tendencias al pie de la letra, el protagonista de 'Amistades peligrosas' reivindica un estilo «propio y atemporal» y considera que la belleza «nada tiene que ver» con la elegancia. Detesta el concepto efímero de la moda -«está concebida para durar muy poco»- y, si por él fuera, echaría el freno a los lanzamientos de tantas colecciones que pasan sin pena ni gloria. Lamenta que acaben trituradas por una industria que engulle la creatividad con una voracidad insaciable y funciona como «un desguace programado». De ahí que su «verdadero desafío» no sea otro que inventar «algo nuevo» sin atravesar la «línea de la moda».
Un asesino convicto de chófer
Por eso, los trajes «informales» creados por este actor de Illinois, que durante mucho tiempo tuvo como chófer a un asesino convicto están dirigidos «a hombres que buscan piezas que aguanten el paso del tiempo». Frente a la cada vez más numerosa colonia de famosos que se limitan a prestar su imagen, Malkovich se implica hasta los tuétanos en el proceso de diseño, si bien la producción la confía a la empresa italiana de artesanos Bianconi Uomo, radicada en la región toscana de Arezzo.
La colección presentada en la última Semana de la Moda de Milán y bautizada como 'Technobohemian' recupera el carácter «individualista y contrario a las reglas» del bohemio del siglo XIX y planta cara al «poder de la tecnología» para no acabar esclavizados. Un hombre, en definitiva, libre y «dueño de su vida» al que el oscarizado intérprete de 'En la línea de fuego' enfunda ternos blancos y crudos para que los lleven «con la misma libertad» con que él los creó. Al igual que el influyente modisto belga Martin Margiela, Malkovich abraza la discreción e intencionadamente obvia coser su firma en las etiquetas de las prendas. Intenta hacerse un nombre en esta poderosa industria de la forma más anónima posible porque la personalidad debe ser «como un perfume, no demasiado intenso», reflexiona este artista que considera al ex dueño de Fiat Gianni Agnelli, fallecido en 2003, como el hombre más elegante de la historia.
Con una colección a medio camino entre las reminiscencias retro y románticas, Malkovich no tiene ningún interés en convertir su marca en un simple objeto de deseo. Asegura que los trajes de Giorgio Armani, los suyos «o los de cualquier otro modisto» no son de quienes los diseñan, «sino de quienes los llevan». A su juicio, deben ser aptos «para cualquier día y edad»; y, lo más importante, durar en el tiempo.
Como en el nuevo anuncio de Nespresso, él marca los tiempos. Convertido en Dios, perdona la vida a George Clooney a cambio de una elegante cafetera. Evidentemente, nadie discute el don artístico de Malkovich. Ahora sólo queda saber si también posee ángel para la moda. El tiempo lo dirá.