El grafitero anónimo
Actualizado: GuardarNada alimenta tanto el misterio como el anonimato. Banksy es el nombre con el que firma sus obras un grafitero que ha conseguido convertirse en todo un icono de la cultura contemporánea. Por algunos de sus murales callejeros se han llegado a pagar cifras astronómicas, organiza exposiciones multitudinarias y en la que supuestamente es su localidad natal, Bristol, los empleados de la limpieza reciben un cursillo para identificar sus obras y evitar así que sean borradas. El escurridizo artista es además amigo de los desafíos: ha llenado con sus pinturas el muro de Gaza y se ha llegado a colar disfrazado en algunos de los grandes museos del mundo para colgar obras suyas de tono sarcástico junto a venerables cuadros. Tal es su prestigio que el Ayuntamiento de Bristol convocó un referéndum entre los vecinos para decidir si se borraba o no uno de sus murales. El 95% votó a favor de dejar la pintada, que allí sigue.
Banksy ha escrito incluso un libro en el que cuenta que empezó pintando en el vagón de pasajeros de un tren la frase 'Siempre llega tarde'. Luego incorporó una nueva técnica: hace plantillas de cartón que coloca sobre la pared y las rocía con spray de pintura de coches. Eso le proporciona una rapidez de movimientos que resulta fundamental para no ser pillado in fraganti y mantener viva su aura de misterio. Los especialistas en su obra, que empiezan a ser legión, le han atribuido el dibujo del chaval pescador que ha aparecido recientemente sobre un muro de ladrillo de una calle de Londres. Seguro que ya han empezado las pujas para hacerse con el trozo de pared pintado.