NAVIDAD EN POLONIA
Actualizado:Volver al principio, quizá cerrar una etapa. En Polonia descubrí, hace ya diez años, el sentido real de la Navidad, el compañerismo, la solidaridad. Me abrieron las puertas de una casa que desconocía, y me dejaron entrar hasta la cocina, como si fuera un hijo más de una familia que no sabía inglés, español, o cualquier otro idioma que no fuera el polaco. Diferentes culturas, diferentes formas de ser, diferentes costumbres... Todo tan diferente. Todo tan similar.
Porque es el Niño Dios el que nace, en Belén, en Lisboa, en Varsovia, en Milán, en Hamburgo... En todas esas ciudades nace, como aquí, en Jerez, Dios. Porque nace en el corazón de quien le quiere acoger, de quien ha querido en este Adviento preparar un alojamiento para esa Divina Familia que viene buscando posada. Tú eres el pesebre, no busques en otro lado. Porque ese Niño sólo quiere nacer ya dentro de tu corazón, repitiendo un milagro que se viene dando desde hace más de dos mil años.
Ábrele la puerta. No le dejes esperando, preparando una Cuaresma donde sólo pretendes matarle. Abrele la puerta, que está llamando el sentido de tu vida. Si eres cofrade, si eres Iglesia, no puedes dejar pasar la oportunidad de ser el anfitrión de un milagro tan importante, de una buena noticia que cambiará tu vida para siempre.
Yo estaré, quién sabe si por última vez, en Polonia. Buscando algo que creo que ya he encontrado. El sentido de mi Navidad. Es posible que haya llegado la hora de aplicarlo aquí, en mi tierra...