VUELVE A CASA
Actualizado:Telecinco lleva unos días anunciando con 'promos' el regreso de María Antonia Iglesias a 'La Noria'. Como 'El Almendro', vuelve a casa por Navidad. La periodista sufrió en septiembre un infarto al terminar el programa. Las apariencias engañan. Siempre ha dado la impresión de que el ataque, respiración entrecortada como la del amigo negro de 'Malcolm in the Middle', le estaba dando a Enric Sopena, su compañero en el negociado 'espanta-fachas'. Pero es ella la que ha permanecido en el hospital todo este tiempo. María Antonia Iglesias es una estrella de la causa tertuliana y como tal, como astro televisivo, regresa. Al parecer, para una entrevista. Es lo que toca. Como si fuera Belén Esteban. E igual que en 'Sálvame' han sido entrevistadas Mila, Lydia o Karmele teniendo menos que contar. Un programa que no puede entrevistar a sus propios colaboradores resulta una antigualla. María Antonia es una especie aparte comparada con todos sus compañeros de la mesa de tertulia política. No me imagino a Sopena siendo entrevistado en las mismas circunstancias. Otra cosa es que se suela poner a su altura en las verduleras discusiones de 'La Noria' (el espacio debería tener el nombre de alguna atracción de feria más salvaje). La tertuliana, que no se ha desarrollado ahora (ya la armaba en la mesa de la Campos), sabe convertir sus actuaciones en espectáculo. Como esa vez que sacó de quicio a Peñafiel situándolo en la extrema derecha y preguntándole si le iba a pegar cuando el otro se incorporó. O el día en que ella y Miguel Ángel Rodríguez, otro angelito, se llamaron de todo. Aunque a veces varían las cantidades, la aleación 'mariantoniana' tiene un 70% de opinión, un 10% de ocurrencias y un 20% de espectáculo. Sin pasarse. Durante su convalecencia, la periodista gallega entró por teléfono para hablar con Jordi González, contar su evolución y agradecer las muestras de cariño. Pero nos privó de una comparecencia desde la cama a lo Tertsch (y a lo Joan Crawford con su Oscar por 'Alma en suplicio'). Lástima.