MONÓGAMA Y REITERATIVA

No soy tan promiscua como se ha llegado a decir. Cuido mucho mis relaciones y soy fiel a mi pareja mientras estoy viviendo esa historia», ha llegado a aclarar Scarlett Johansson en las contadas ocasiones en que ha accedido a dar explicaciones sobre su vida sentimental. Vapuleada desde muy jovencita por miles de comentarios gratuitos que a buen seguro le han hecho daño («A veces leo las cosas que se dicen sobre mí y pienso que esa chica, la que pintan, es una auténtica fresca»), Johansson ha decidido cerrar las puertas de su intimidad a la prensa. Su boda con el también actor Ryan Reynolds, celebrada hace poco más de un año en Vancouver, fue secreta, y supuso una auténtica sorpresa para la prensa internacional, que la esperaba en la alfombra roja de San Sebastián para promocionar 'Vicky Cristina Barcelona', junto a Woody Allen y Javier Bardem, con quien, por cierto, también se le atribuyó (erróneamente, como luego se ha visto) un romance durante el rodaje de dicha película.

Ryan Reynolds, su marido, fue novio de Alanis Morrisette y es ocho años mayor que ella. Poca cosa, pues la actriz llegó a confesar sentirse poderosamente atraída por hombres maduros, como el intenso Benicio del Toro (17 años mayor), con quien acudió a una gala de los Oscar. Circula una leyenda urbana que habla de un tórrido encuentro entre ambos en un ascensor. Jared Leto fue otro novio que le colgaron, pero ella nunca lo confirmó. Sí mantuvo una relación de dos años con el atractivo Josh Hartnett, tras compartir con él momentos electrizantes durante el rodaje de 'La dalia negra'. Hartnett también tuvo una pequeña aproximación (más tarde) a Penélope Cruz, que no llegaría a nada. Pe y Scarlett niegan ser rivales, pero es evidente que la rubia se sintió destronada en el reino de Woody Allen con la llegada de la española. «Woody pierde los papeles y balbucea cuando está frente a Penélope», delató con indiscreción la americana.