Ni un pájaro, ni Superman
Actualizado: GuardarEn este mundo hay de todo. Por ejemplo, hay personas que contemplan una torre de telecomunicaciones de cuatrocientos metros y sienten el deseo imperioso de subir, asomarse y... ¡saltar! Y su propósito no es quitarse la vida, sino más bien todo lo contrario: exprimirla al máximo y reducirla a un concentrado poderoso, a una descarga electrizante de emoción. El deportista de la foto practica el salto base, una modalidad de paracaidismo que consiste en arrojarse desde construcciones o precipicios, y no se encuentra solo en su empeño: participa en un intento de récord del mundo, con 97 compañeros que se irán lanzando por turnos durante 24 horas. Abajo, erizado de rascacielos, está el centro de Kuala Lumpur, la ostentosa capital de Malasia. Y detrás se ha quedado la Torre Menara, el quinto 'pirulí' más alto del planeta.
Nuestro protagonista se ha zambullido en el vacío desde una plataforma instalada a 388 metros y ahora mismo se siente el rey del mundo, un ser infinitamente libre, un 'supermán' con casco y rodilleras. La imagen lo muestra en ese momento de plenitud, abarcando el universo entero con brazos que se creen alas. Pero, como sucede tantas veces con los sueños humanos, la mezquina realidad se encargará de desbaratarlo: por desgracia, las personas sólo vuelan hacia abajo, y tras unos segundos embriagadores llegará el momento de abrir el paracaídas para regresar blandamente a la condición de hombre normal.