PAN Y CIRCO

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Como ya sucediera la pasada temporada cuando se barajó la posibilidad de que volviera a pilotar para Ferrari, el presunto regreso de Michael Schumacher (41 años) a la Fórmula Uno tiene toda la apariencia de ser otra operación de márketing más que una decisión tomada desde la sensatez. Lo que ya comenté hace unos meses vuelve a estar sobre la mesa porque cualquier intento de reflotar la imagen del siete veces campeón del mundo parece un retorno al pasado que es lo último que necesita una competición que por fin se pone las pilas para vivir una temporada excitante, después de uno de los peores años en su más de medio siglo de historia.

Es lamentable que personajes como el piloto germano sigan teniendo algo que ver con todo lo que se avecina porque su sitio ya no está en la parrilla de salida, sino detrás del muro y poniendo toda su experiencia a disposición de una escudería que en 2010 contará con alguien loco por recuperar el tiempo perdido, y demostrar que todavía es mejor que cuando ganó sus dos títulos mundiales.

Jubilado Mosley y con la figura de Ecclestone en periodo de extinción sería de agradecer que Mercedes tuviera unas miras más ambiciosas para su inmediato y necesario desembarco que rescatar a un jubilado y colocar a su otro piloto -Nico Rosberg- en estado de continua ansiedad, sabiendo cómo se las gasta Schumacher.

El mundo anglogermano parece no tener suficiente con el 'dream team' que ha formado McLaren con Jenson Button y Lewis Hamilton ni con que Sebastien Vettel que se postule como un nuevo Fernando Alonso y se empeña una y otra vez en rescatar la figura de un campeón que dejó unas estadísticas imposibles de superar, pero al que le siguen persiguiendo la sombra del insuperable Senna y el modo en el que un joven asturiano le invitó a coger la puerta de salida.