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Martín de Porres en la cama del hospital de Perú en el que ha pasado sus últimas semanas. :: L. V.
Jerez

Fallece el jerezano que permanecía detenido en Perú a la espera de juicio

La familia llevaba meses reclamando que permitiesen el regreso a España de Martín de Porres, aquejado de un cáncer en fase terminal

WAINE JAMISON wjamison@lavozdigital.es
JEREZ.Actualizado:

Se veía venir. La familia llevaba avisándolo desde hacía tiempo. Sus reiteradas peticiones de auxilio para que dejasen regresar a Martín de Porres a Jerez, sin embargo, han sido en vano. Sólo pedían que le dejasen morir rodeado de su gente. Pero ya no será posible porque ayer falleció en el hospital peruano en el que llevaba semanas ingresado, con el cuerpo repleto de llagas y aquejado de un cáncer en fase terminal. Fue sobre las cuatro y media de la tarde en el hospital donde permanecía ingresado desde septiembre. Y lo hizo con la única compañía de su hermana Loles, que se había desplazado a la capital peruana en noviembre para estar su lado e intentar presionar las autoridades locales para que lo juzgasen con urgencia y permitiesen, después, su regreso a España.

Diversas fuentes consultadas aseguran que la noticia afectó tremendamente a Loles. La visita del consul español no sirvió para consolarla. Más bien todo lo contrario, ya que aprovechó su presencia para recriminarle el escaso apoyo recibido, según ella, por parte del Gobierno español.

Seis meses de agonía

Martín, de 45 año de edad y con dos hijos, fue detenido el pasado 6 de junio en Perú por un presunto delito de tráfico de drogas. Estuvo en la cárcel y su estado hizo que en octubre fuese trasladado a un centro hospitalario, mientras aguardaba la celebración de un juicio que no llegaba. Entre tanto, la desesperación se apoderaba por momentos de su familia.

El jerezano contrajo una infección que empeoró rápidamente. En un principio le dijeron que se trataba de un hongo y después que era un herpes. Fuese lo que fuese, la misma acabó llegándole «hasta la garganta» y se comió, incluso, parte de algunos dedos de sus pies. No tardaron en diagnosticarle un cáncer en fase terminal.

La enfermedad le tuvo postrado en la cama y en condiciones «infrahumanas», según su hermana Loles, quien decidió viajar a Perú en noviembre para estar a su lado. Ésta exigía que dejasen regresar a España para «morir rodeada de su gente», y pedía para ello la mediación del Gobierno español y hasta del Casa Real. Éste realizó diversas gestiones diplomáticas que lo único que pudieron conseguir fue un compromiso para acelerar el juicio. Era el paso previo a la concesión de un hipotético indulto que permitiese la vuelta a su país, algo que, en el mejor de los casos no sucedería antes de marzo.

Se llegó a anunciar que el mencionado juicio se celebraría este próximo mes de enero, pero la familia de Martín alertó de que podía ser demasiado tarde, porque su salud empeoraba por momentos. Sin ir más lejos, su sobrina Isabel declaraba este pasado lunes en las páginas de LA VOZ que estaban convencidos de que no llegaría vivo a esa fecha, y por eso volvía a reclamar que permitiesen el regreso urgente de su tío a Jerez.

Ya será imposible que pueda despedirse de los suyos. No saben tampoco cuándo podrán traer el cuerpo, un proceso que se antoja complicado y costoso, pero que esperan resolver cuanto antes.