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ESPAÑA

Moratinos reconoce que Rabat le avisó de la expulsión

El ministro deja en entredicho la versión de que el Gobierno nunca intervino en la decisión de autorizar la entrada en España de Haidar

A. M. / M. SAIZ-PARDO
MADRID.Actualizado:

Miguel Ángel Moratinos cambió ayer en el Congreso la versión del Gobierno sobre cómo llegó Aminatu Haidar a España y reconoció, por primera vez, que Marruecos le informó de que iba a deportar a la activista saharaui.

Esto supone que, en contra de lo que ha defendido el Ejecutivo hasta ahora, España supo desde el principio que se trataba de una «expulsión política», tal y como la definió Moratinos en su intervención ante la Comisión de Exteriores.

Moratinos contó, por sorpresa, que su homólogo marroquí, Taieb Fassi Fihri, le llamó a las 23.00 horas del 13 de noviembre para comunicarle que Haidar estaba detenida en el aeropuerto de El Aaiún y que la intención de su gobierno era deportarla a España. Una posibilidad que Madrid «condenó y rechazó», según Moratinos. Al día siguiente, Fassi Fihri volvió a ponerse en contacto con él para confirmarle la deportación, pese al rechazo español.

Gaspar Llamazares, portavoz de IU en la Comisión, mostró a Moratinos su «perplejidad» por el hecho de que España hubiera dejado aterrizar el avión que transportaba a Haidar, tras conocer la flagrante violación de los derechos humanos cometida por Marruecos contra la activista saharaui.

El Gobierno español había sostenido hasta el momento que la decisión de aceptar a Haidar la adoptó la Policía, «sin instrucciones políticas», y que se hizo «por razones humanitarias». La revelación de Moratinos también acarreó un cambio de argumentación. El canciller aseveró que se admitió a Haidar para evitar «un limbo legal».

Hasta ahora, la versión oficial de lo ocurrido no hacía mención alguna a la intervención del Gobierno. Según el relato hasta ahora conocido, España sólo supo de la crisis que se avecinaba el sábado 14 de noviembre por la mañana a través de una llamada de un comandante del vuelo El Aaiún-Lanzarote de Canarias Aeronáutica (compañía que no había transportado a Marruecos a la mujer) al aeropuerto de Lanzarote. El piloto informaba de que había una pasajera sin pasaporte expulsada por Marruecos y que se niega a volver a España.

Siempre según esa versión, ahora matizada por el Ejecutivo, el aeropuerto remitió al piloto, que en principio se negaba a aceptar a Aminatu Haidar, al inspector jefe de Fronteras de ese aeropuerto, quien, tras hablar con la Jefatura Superior de Policía de Canarias, aceptó la repatriación sin pasaporte, basándose en el artículo 5.4.a del reglamento 562/2006 (Código de fronteras Schengen) y que apunta textualmente que «podrá autorizarse la entrada al territorio de los Estados miembros a aquellos nacionales de terceros países que (aun sin pasaporte) sean titulares de un permiso de residencia o de un visado de regreso expedido por uno de los Estados miembros».

La Jefatura, explicó el Gobierno, dio por buena la interpretación legislativa que hizo el responsable de fronteras para no dejar en un «limbo jurídico e internacional» a una persona que, al fin y al cabo, tiene residencia legal en España hasta el próximo 21 de enero y que había partido desde territorio nacional 24 horas antes.

En la versión desmentida ayer, hasta que Haidar pisó de nuevo España ni los policías ni la jefatura reclamaron instrucciones o evacuaron consultas a los ministerios de Exteriores o Interior. Dos departamentos que, según confesó ayer Miguel Ángel Moratinos, sí estaban al tanto del regreso forzado de la activista a España.