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ESPAÑA

Expectación e incertidumbre en la capital del Sáhara

PAULA ROSAS
EL AAIÚN.Actualizado:

La familia de Aminatu Haidar esperaba ayer con impaciencia y emoción su regreso desde Lanzarote. La ciudad de El Aaiún, desde donde la activista saharaui fue expulsada hace 34 días, aguardaba en calma aunque con un refuerzo visible de las fuerzas de seguridad marroquíes. En casa de Aminatu aguardaban decenas de familiares para agasajarla.

Las autoridades del país dieron instrucciones a los periodistas extranjeros de no acercarse al aeropuerto Hassan I, ante la expectación prevista por la llegada de Haidar en un avión medicalizado. La presencia policial también se sintió en los alrededores del hotel que alberga a la mayor parte de los corresponsales desplazados a la capital saharaui. «Toda la información que nos llega viene de los medios de comunicación, ninguna autoridad, ni española ni marroquí, se ha puesto en contacto con nosotros», aseguró ayer Ahmed Haidar, hermano de la activista, para quien estaba claro, no obstante, que el regreso estaba previsto «para hoy (por ayer)».

«Para nosotros, lo importante es que vuelva Aminatu, la política se la dejamos a ella», señaló el hermano. Para Ahmed , cómo se haya negociado el retorno de la pacifista y todos los detalles políticos del caso carecen de la importancia que, para él personalmente tiene el regreso de su hermana en buen estado de salud a casa.

«No sabemos aún si vamos a poder ir al aeropuerto a recibirla», dijo el hermano, que espera que Haidar pueda volver a encontrarse con sus hijos lo antes posible. Sobre el estado de salud de la defensora de los derechos humanos, que llevaba ayer 32 días en huelga de hambre, Ahmed Haidar explicó que «según la información que tenemos, no ha cambiado desde que fuera ingresada».

Tampoco disponía ayer de ninguna información oficial Djimi Elghalia, vicepresidenta de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos y una de las más estrechas colaboradoras de Haidar. Según dijo la activista, la llegada de Haidar era «inminente», aunque no tenía información sobre la hora del vuelo ni si los compañeros de Aminatu podrían acercarse al aeropuerto.