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Aminatu Haidar, ¿marroquí?

ABDERRAHMAN EL FATHI
UNIVERSIDAD ABDELMALEK ESSAADI, TETUÁN.Actualizado:

Juicios paralelos. Los telediarios en Marruecos abren sus ediciones con la actividad de la Casa Real. Y consagran al tema de Aminatu Haidar un breve espacio al final para relatar cómo se encuentra la situación y sobre todo el apoyo recibido por la causa marroquí. También se dice que ella ha ofendido a más de 35 millones de marroquíes despreciando su propia nacionalidad, la marroquí, y prestándose al chantaje de terceros países. Se le reprocha el hecho de despreciar y renunciar a su marroquinidad y haber utilizado el pasaporte marroquí como documento de viaje y no como nacionalidad. Los marroquíes siguen muy de cerca el proyecto de autonomía del Sáhara y ven con buenos ojos el modelo autonómico, plural, del Reino de España.

La evolución de la salud física y mental de Haidar nos preocupa y mucho. Por encima de todo es una persona, mujer y madre. No nos olvidemos que según la legislación marroquí nunca perdería su nacionalidad, aunque renunciara a ella, obtuviera la española o la argelina. Al final estaríamos hablando de la famosa frase entre España y Marruecos, esta vez aplicada a la saharaui, «condenada a ser marroquí».

Paradojas de la vida, ya me gustaría a mí que me obligaran a ser español, sin renunciar a mi nacionalidad de origen.

La cuestión de fondo es conseguir que las resoluciones de la ONU acaben siendo una realidad, tanto para unos como para otros. Nadie cede a los chantajes.

Si Marruecos fuera España, todos los disidentes saharauis acabarían claudicando en sus pretensiones independentistas.

Todo es cuestión de bienestar social, libertad de expresión, solidez democrática y cierto acomodo materialista. Todos tenemos un precio. En el Peñón de Gibraltar no se plantean estas disquisiciones: no son españoles ni tampoco británicos, son llanitos.

Las voces con pretensiones independentistas en el Sáhara son argelinas.

Muchos saharauis han aparcado sus reivindicaciones independentistas tras conseguir la nacionalidad española. Es un nacionalismo étnico y xenófobo el que practican, basado en el odio hacia Marruecos, manejado desde Argelia.

En estos momentos no se ve peligrar las excelentes relaciones que tenemos con España, pero la campaña anti marroquí orquestada desde Izquierda Unida a nivel nacional y otros partidos minoritarios en Cataluña, lo que hacen es minar y enturbiar la imagen de los marroquíes, principalmente los más de 700.000 inmigrantes marroquíes en la Península.

Se piensa desde Marruecos que en España no se tiene en cuenta la voz y la opinión de los marroquíes, que se nos tiene estigmatizados desde los medios.

Se silencia la voz de los más de 700.000 compatriotas saharauis que manifiestan su adhesión al reino alauí.

Molesta en Marruecos que se nos tilde de súbditos, como si ser marroquí fuera un estado de esclavitud. Qué frágiles son las relaciones entre España y Marruecos. En cifras son inmejorables, en rencores, mucho menos.

En la cuestión de Aminatu se ofrecen varios puntos de vista completamente distintos sobre una sola realidad. Mujer marroquí decide no acatar las leyes vigentes de entrada en su propio país. Las autoridades le invitan a que reconsidere su actitud. Ante la negativa de ésta, se le prohíbe la entrada y se le retira el pasaporte. Consecuencias: regreso al lugar de partida.

Esta situación es injusta, nadie lo niega.

¿Qué implicaciones diplomáticas y políticas tiene esta actuación de las autoridades marroquíes, así como la actitud de Aminatu, que se declaró en rebeldía, negándose a acatar las leyes y normas de su propio país?

Los servicios de inteligencia del gobierno español y su homólogo marroquí tenían constancia de lo que a nivel internacional está ocasionando esta situación.

¿Asume el gobierno español su parte de culpa, en la entrada sin pasaporte de una ciudadana marroquí a territorio español a la hora de no aplicar las leyes vigentes de la ley de extranjería?

En estos momentos lo que importa no es la legitimidad de una posición u otra, está en litigio la reivindicación del Polisario a una salida a su causa, legítima o no, la implicación de Argelia con su política intervencionista y erosiva y por último la responsabilidad moral e histórica de España.

Lo que la geografía ha unido que no la separen los intereses a terceros en discordia. Ningún marroquí desea ningún mal a Aminatu, mucho menos a sus hijos y allegados. Que la historia nos juzgue si obramos en contra de los derechos humanos. Que entre en razón mi paisana saharaui, sus hijos la esperan y su vida sería el mejor regalo de Achura para todos, el Nuevo Año de la Hégira en el mundo musulmán, 1431 será mañana viernes.