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La labor de José Miguel Caballero en el centro del campo no lució como en otras ocasiones. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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Impropio duelo de filiales en El Rosal

La contienda deja malas noticias para los locales, ya que Ángel Oliva fue expulsado y Catalán tuvo que retirarse lesionado al cuarto de hora Cádiz B y Recreativo B firman un pobre empate sin goles

D. A. M.
CÁDIZ.Actualizado:

Ángel Oliva es un hombre temperamental. A la vieja usanza. Es uno de esos entrenadores que, si las normas lo permitiensen y la edad acompañara, a buen seguro saltaría al terreno de juego en más de una ocasión para solucionar los desaguisados que sus pupilos, producto de la inexperiencia, cometen y que en más de una ocasión le hacen perder los nervios y, en ocasiones, hasta la voz.

El encuentro del Cádiz B ante el Recreativo B, desde luego, no pasará a la historia, se coja por donde se coja, pero lo que sí está claro es que ha supuesto más mal que bien para los intereses de los 'cachorros' amarillos. Sin ir más lejos, el maño va a tener que ver el próximo partido desde la grada, ya que fue expulsado por Lancharro Aranda a escasos minutos de que se llegara al final del encuentro. Es una de las malas noticias que dejó la cita de entre semana pero, sin duda, lo peor es la lesión de Javi Catalán, que tuvo que ser sustituído por el linense Gallardo al cuarto de hora de partido.

Sus compañeros cruzan los dedos para que no sea nada grave, ya que en lo que va de temporada el fino extremo cadista se ha destacado por ser uno de los más desequilibrantes de la plantilla.

De lo demás, poco que contar. Los 90 minutos de juego no dejaron más que un ensayo aburrido de buenas maneras y una preocupante falta de agresividad de los cadistas, que apenas inquietaron el marco defendido por el cancerbero recreativista Manolo.

Es más, fueron los de Ríos los que más y mejor la tocaron, y sus ocasiones fueron las más claras que se produjeron durante la contienda. Desde luego que no ha sentado bien en el equipo la última derrota cosechada en Mairena. Se mereció más pero no se consiguió, y quizás ayer pasara factura el cansancio en algunos momentos puntuales.

Se quiera o no, hay que hablar del filial onubense como un actor principal. En su once destacó la figura de un viejo conocido. Mario Pizarraya, un trotamundos del fútbol que pasó por las filas del mejor Puerto Real de Antonio Cama y que ya sabe lo que es debutar en Primera División con el conjunto blanquiazul, fue uno de los más peligrosos de su equipo. De hecho, el siete recreativista no acertó a batir a Ricardo a escasos metros de la línea de gol, en la que fue una de las ocasiones más evidentes.

Ricardo se luce bajo palos

Los méritos para quien los merece. Y, sin lugar a dudas, el cancerbero cadista Ricardo se ganó ayer el reconocimiento por su enorme actuación bajo palos, ya que abortó numerosas acciones de peligro y dio mucha seguridad a sus compañeros de la defensa.

Es, junto al punto sumado, una de las notas positivas que deja esta cita. Porque lo mejor es pensar en la que viene, que está cerca y servirá para calibrar muchas cosas antes de las vacaciones. Desde luego que la ocasión la pintan calva. Los amarillos visitarán al colista Cartaya con la intención de dejar claro que sí son capaces de pelear por algo más que la estancia cómoda en la categoría.