Debe vivir
Actualizado:Estoy convencida que la Sra. Aminatu Haidar está decidida a llevar la huelga de hambre hasta sus últimas consecuencias. Y al mismo tiempo, estoy segura de que la Sra. Haidar no quiere morir. Ella misma ha expresado que su máximo deseo es volver a su casa de El Aaiún junto a sus hijos, pero insiste en hacerlo con dignidad. Realmente si hay algo en este asunto que está fuera de toda duda es, precisamente, la gran dignidad de esta señora. Y espero que cuando salga a la luz este artículo se haya logrado paliar de alguna manera el drama de la Sra. Aminatu Haidar, y que su vida esté fuera de todo peligro. Hay que convencerla de que su salud es demasiado preciosa para muchas personas, y que su presencia viva y su testimonio vital pueden hacer mucho más por sus principios que una muerte más en la larga historia del drama saharaui. Porque ya ha habido demasiadas muertes y porque, desgraciadamente, la suya sólo ocuparía unas breves semanas las páginas de los periódicos, para luego engrosar una lista que el tiempo, los intereses, y la anestesia crónica del ser humano, convertirá en anónima. La Sra. Haidar debe saber que ahora toca luchar por vivir.
Hasta el mes pasado muy pocas personas, en el mundo occidental, conocían a Aminatu Haidar. Hoy, casi nadie la desconoce. Su muerte no va lograr que se cumplan las casi 100 Resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU acerca del Sahara, por eso de que la 'Realpolitik' impide que la ONU sea capaz de imponer la aplicación de sus propias decisiones; su desaparición no va a conseguir que los países occidentales se refieran a los conflictos personales derivados de la situación del Sahara como asuntos bilaterales; el llevar la huelga de hambre hasta el final no va a hacer que Marruecos cambie su política y sus pretensiones, ni que en España asumamos por fin, después de 35 años, que tenemos una obligación histórica y humana sobre la que fue la 53 provincia española y sobre el bienestar de los saharauis. Pero su voz sí puede contribuir a que todo ello se logre. Su figura y sus argumentos son necesarios para hacer comprender a todo el mundo la situación del conflicto del Sahara Occidental, y el drama humano que se desarrolla en su tierra. Por todo ello, porque debe continuar espoleando la conciencia colectiva que ha logrado despertar y por sus seres queridos que la esperan, Aminatu Haidar debe vivir.