Los participantes en la cita posando en la tradicional foto de familia que se realizan cada año. :: J. C. V.
Jerez

Jerezanos en la diáspora homenajea a Ismael Jordi en la tradicional berza

Asistieron más de 160 personas a la cita, en la que no faltaron emotivas referencias a la trayectoria profesional del tenor

MADRID. Actualizado: Guardar
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Como todos los años pero con una nueva sede, el tradicional almuerzo de Jerezanos en la diáspora se celebró ayer en la capital de España. El Casino Militar acogió en esta ocasión a más de 160 paisanos que se dieron cita en torno a una berza jerezana acompañada de la pringá, como no podía ser de otra forma.

Y también como en cada edición, en ésta también hubo un homenajeado. Fue el tenor Ismael Jordi, quien, aprovechando la cita, fue nombrado socio de honor del colectivo de Jerezanos en la diáspora. En un entrañable ambiente en el que la cordialidad fue la nota predominante, Miguel Primo de Rivera hizo de maestro de ceremonias. Francisco López, por su parte, se encargó de hacer la presentación del homenajeado haciendo especial hincapié en la trayectoria artística del mismo, desde sus comienzos hasta el presente y destacando la ya conocida proyección del tenor.

Invitación

Dentro del turno de palabras, el delegado municipal Francisco Benavent, también presente en la cita, agradeció en nombre de la alcaldesa de Jerez la invitación a tan especial acto. De igual forma, el presidente del Casino Militar, emocionado ante la gran acogida de la convocatoria, ofreció para años sucesivos sus magnificas instalaciones.

Con un brillante brindis, Patricio Pemán ofrece al auditorio unos versos dedicados a Ismael Jordi, destacando su talento, su profesionalidad y también su persona. Llegó así el momento final e Ismael Jordi tomó la palabra agradeciendo tal distinción como mejor lo supo expresar: «Mi referencia es aquella que aparece en mis libretos allá donde llevo mi profesión». Concluyó obsequiando a los numerosos jerezanos presentes interpretando el villancico 'Adeste Fideles'. Fue, sin lugar a dudas, el momento más emotivo de la jornada, que, en este caso, puso el broche de oro a un día que, al igual que en ediciones anteriores, resultó todo un éxito, tanto de asistencia como de organización. Como seguro volverá a serlo en 2010.