Porta dará el 'sí quiero' en enero

Enero será el mes en que Antonio Porta, el chipionero obligado a permanecer en Honduras por su presunta implicación en las manifestaciones contra el presidente golpista Micheletti, abandone la soltería. Tras cambiar los primeros planes, que fijaban la fecha nupcial en el 20 de diciembre, el enlace ha sido aplazado hasta el primer mes del año. Será por la iglesia y una semana antes, formalizará su situación con su novia hondureña por lo civil.

Después, los recién casados viajarán a Chipiona, donde María Antolina podría entrar como su esposa, y no como turista. Todo ello, siempre y cuando se haya solucionado la situación legal de Antonio, algo que tendrá que esperar al menos hasta después del cinco de enero, fecha en que concluyen las vacaciones de los jueces.

Hace poco más de un mes que salió de prisión, donde permanecía acusado de sedición por haber participado presuntamente en los disturbios protagonizados por los partidarios del presidente depuesto, Manuel Zelaya, el pasado mes de septiembre. Antonio siempre se declaró inocente y ahora se encuentra a la espera de la celebración del juicio, aunque según afirma, es posible que ni siquiera haga falta. «Dice mi abogado que el juez ha pedido que se haga una reconstrucción de los hechos. Yo ya cuento con mis dos testigos, pero no sabemos cuando será la vista. Hasta el 5 de enero los jueces están de vacaciones aquí en Honduras».

Un final feliz

Desde que se decretara su libertad con cargos, el chipionero acude periódicamente a firmar al juzgado de Tegucigalpa. Mientras tanto, cuenta los días que restan para hacer realidad su ilusión: contraer matrimonio con su novia, María Antolina García Moncada. La mujer por la que arriesgó su apacible vida en Chipiona para viajar a un país en plena crisis política. «Ya hemos ido a la iglesia para coger cita y el sábado tenemos la primera charla con el cura. Es posible que ya nos den fecha». La posterior celebración será íntima y sencilla. «Sólo la familia, porque no hay mucho dinero».

Y es que la situación económica de Antonio en el país sudamericano no es demasiado boyante. «Vivo gracias a mi novia, que trabaja, y como con ellos». Los 1.000 euros extraídos de su cuenta corriente que desde Chipiona le ha mandado su madre, Josefa Álvarez, los guarda con celo para los preparativos de la boda, el modesto banquete y el traje de contrayente. En cuanto a la situación de María Antolina cuando lleguen a España, «me han asegurado en el consulado que en cuanto nos casemos arreglarán los papeles para que entre como mi esposa, y no con permiso de turista, porque sólo podría estar tres meses». Lo que también tiene claro este chipionero de 41 años que viajó a Honduras para un mes con el objetivo de conocer personalmente a la chica que le había enamorado por Internet, es que este año no se comerá el turrón en Chipiona, junto a su familia.

Navidad lejos de casa

«Les extraño mucho, sobre todo en estas fechas que llegan. Nunca he pasado la Navidad lejos de mi familia». Una circunstancia que se le hace más cuesta arriba ahora que una de sus hermanas, Encarnación, le ha hecho tío nada menos que por undécima vez. Paciencia es lo que necesita este chipionero, mientras pasa los días echando una mano en la tienda de multiprecios que la sobrina de su novia regenta en la capital de Honduras.