Los expertos se quejan de que los adolescentes pasan demasiado tiempo frente al televisor. :: L. V.
Jerez

Los conflictos familiares copan la atención a menores en Comisaría

La Policía llega a atender hasta a 25 chicos al mes, de los que una gran mayoría están relacionados con violencia doméstica

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Falta de atención paterna; sobreprotección; influencia de amistades perniciosas... Las causas suelen ser múltiples, pero lo cierto es que la conflictividad familiar va aumentando a pasos agigantados y cada vez son más los menores que se vuelven tiranos en su propia casa.

Tanto el juez de menores de Jerez, José Miguel Martínez, como asociaciones como Mediante han alertado en varias ocasiones de este preocupante fenómeno, algo a lo que se ha sumado ahora la Policía con unos datos reveladores. Según fuentes de Comisaría, hay meses en los que el Grume (Grupo de Menores) llega a atender a una media de entre 20 y 25 de jóvenes, de los que la inmensa mayoría están relacionados con este problema.

En épocas como la actual es cuando se percibe un mayor repunte de casos, pues en vacaciones los chicos pasan más tiempo en casa y los desencuentros se multiplican. Como informan las mismas fuentes, en muchas de las ocasiones no se trata de adolescentes con familias desestructuradas o de bajo nivel cultural, sino de chicos que viven en un ambiente normalizado y que por una razón u otra ha derivado en conflicto.

Ritmo de vida complicado

«Con el ritmo de vida que llevamos se hace todo más difícil -señalan los profesionales-, porque muchos padres pasan todo el día trabajando y no tienen tiempo que dedicar a sus hijos. Por el contrario, también hay muchos otros en el paro que afrontan serios problemas económicos, no tienen cómo pagar la hipoteca y eso también es fuente de conflictos».

Los agentes, por su parte, hacen todo lo que pueden para atender a estos menores, que luego son derivados a la Fiscalía y allí se adoptan las decisiones oportunas. Desafortunadamente, en este caso también la falta de recursos humanos supone un handicap a la hora de prestar una asistencia con garantías. En estos momentos, el Grume cuenta con sólo cuatro funcionarios cuando lo ideal, según el Sindicato Unificado de la Policía, es que hubiera al menos el doble de efectivos.

Aún así, la lucha de los agentes por facilitar un servicio adecuado es titánica, aunque recuerdan que lo importante es que se inculque a los menores una serie de valores que deben partir de la escuela y, sobre todo, del seno familiar.

Una opinión compartida por el juez, que advierte que la sociedad actual ha pasado de «una familia autoritaria a una negligente o superprotectora», caracterizada por la ocupación sistemática de los hijos en múltiples actividades extraescolares. Cuando llegan a casa, los pequeños se dedican a ver la tele o jugar al ordenador, por lo que se pierde un ambiente de convivencia y los chavales suelen tener la sensación de campar a sus anchas.

Sólo en un año, el Juzgado de Menores tramita alrededor de 60 expedientes vinculados con la violencia doméstica, pero en muchos de los casos el profesional vuelve a topar con el mismo obstáculo de siempre: la falta de recursos. Tanto es así, que al año se quedan prescritas más de 50 medidas que se imponen a los menores infractores en relación a trabajos en beneficio de la comunidad. Un escollo más en el camino que constata que el sistema aún tiene mucho que mejorar.