La nueva vida del diputado
Actualizado: GuardarTormenta, el Rondador Nocturno, Lobezno o Cíclope tuvieron que aprender a aceptarse como mutantes. A comprender que eran diferentes, que una extrema evolución humana les había hecho cambiar, que sus peculiaridades genéticas, al tiempo que sobrehumanas, les convertían en apestados a ojos del resto de los mortales. Pero ellos eran la Patrulla X.
Ricardo Costa comenzó a mutar en el diputado 98 el pasado 9 de octubre, el día grande de la Comunitat Valenciana. La sombra del ‘caso Gürtel’, de trajes por encargo con controvertido pago, de conversaciones telefónicas tan poco edificantes como impúdicamente filtradas a la prensa, de coches de lujo, regalos y contratos millonarios con el telón de fondo de la trama corrupta de los Correa y ‘El Bigotes’... Esa sombra acabó con el brillo de Costa. Génova cortó la cabeza del secretario general de los populares valencianos, la única víctima en la región de un embrollo en el que todo el mundo acusa, menos los jueces.
Nacía el diputado 98. Devorador fanático de cómics (Patrulla X, Los Vengadores, Superman...), los superpoderes no salvaron a Ricardo Costa (Castellón, 1972). Nacido en el seno de un clan emblemático de la burguesía castellonense, hijo de un delegado de Hacienda y de una concejala, hermano de un ministro, Ric (como le llaman sus íntimos) no está acostumbrado al segundo plano. Ahora tiene que ver la corrida política desde la barrera, allá en la última fila de Les Corts. De número dos del PP valenciano, al diputado más barato del parlamento autonómico, con un sueldo base de 2.622 euros.
Como Lobezno o Cíclope, Costa ya ha adaptado su vida a la ‘mutación’. Un correcaminos con un eterno podómetro en la muñeca («es una forma de no pasar tanto tiempo sentado») que en los últimos meses apenas ha salido de Valencia, acostumbrado a recorrer la región de norte a sur casi a diario. Ahora lo hace al volante de un BMW X6 de color negro (entre 60.000 y 80.000 euros, según modelo), digno heredero de un maltrecho Nissan Infinity Fx505 (con el que sufrió un accidente por el que hasta hace poco aún acudía a rehabilitación), un Mercedes y un Audi. «Reconozco el error», aceptó cuando se le recriminó en público haberse gastado 65.000 euros en el Infinity, un coche tocado por la sospecha ‘gürteliana’.
«Divertido y distinto como profesor». Así definen a Ric sus alumnos en la Universidad Católica. Allí emplea este licenciado en Económicas y Empresariales parte del tiempo tras su caída en desgracia. También tiene más horas para sudar en un gimnasio de la capital, para visitar a su familia en Castellón o devolver los ratos robados por la política a su novia, Laura Chorro, ex Bellea del Foc (Reina de las Fiestas) de Alicante y concejala de Juventud.
Los fines de semana, sembrados antes de actos del PP, son ahora coto de ocio para Costa. Aficionado a las películas de acción y fantásticas, a los popurrís musicales y al senderismo, el diputado 98 puede cultivar sus hobbies. Siempre muy preparado, Ric tampoco olvida su currículo, así que mejorar el inglés también figura entre los objetivos de su nueva vida.
Llegar a la cumbre
Costa sigue cuidando con esmero sus casi 1,90 metros de estatura. Suspendido de militancia y apartado de sus cargos, el ex número dos del PP valenciano medita mientras recorre alguno de los senderos del segundo pico más alto de la Comunitat Valenciana, el Peñagolosa, de 1.813 metros de altitud. Este hombre amante de la moda continúa fiel a sus cremas y al pan integral. Y a los trajes a medida, a las camisas de cuello italiano con iniciales bordadas o a las trabillas en los pantalones. Es un dandi que frecuenta exclusivas marcas como Hackett o prendas de sport de Bikkembergs.
Quienes le conocen aseguran que el lujo (ha lucido exclusivos relojes Frank Müller o Pamerai Luminor Marina) ha dotado de una fachada excesivamente frívola a una persona que para nada lo es, que ha convertido en caprichoso a alguien en realidad cercano a la gente y alejado de los cánones de la élite política.
Dicen que lloró cuando Francisco Camps le comunicó la decisión de destituirle en el Palau dels Borja. Hace meses que guarda silencio, que permanece oculto de la luz pública. Como los mutantes refugiados en la mansión del profesor X.