Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
DE ZORRILLA A LA MAREA

Los sindicatos, liberados

Parecen existir trabajadores de primera y segunda categoría, algunos, por cierto, sin derechos

INMACULADA MACIAS
Actualizado:

Por fin los sindicatos se han echado a la calle para protestar o, al menos hacerse notar, en la crisis que sufren los trabajadores, los públicos y los privados, los que trabajan en grandes empresas y los que mantienen a duras penas las suyas. Esto último lo aclaro porque tengo la sensación de que cuando los sindicatos hablan de trabajadores excluyen a los que con su esfuerzo y dinero, en la mayoría de los casos sin subvenciones, montan un pequeño negocio para sobrevivir, para autoemplearse y emplear al que pueda dependiendo de los tiempos que corran. Esos también son trabajadores, no tienen garantizado un sueldo fijo a final de mes, ni un horario de 35 horas semanales, ni siquiera el paro cuando tienen que cerrar sus establecimientos. Esta semana he visto llorar a una chica que con toda ilusión montó hace un año un negocio junto a una amiga. La crisis y las deudas le han podido y ahora todos les dan la espalda. Los bancos que eran amigos ahora no tienen piedad y el Estado que se alegró por sumar dos empleos y una empresa a su Economía ahora ni siquiera les concede un subsidio por desempleo. Aquí los sindicatos no dicen nada, para ellos parecen existir trabajadores de primera y segunda categoría, algunos sin derechos, por cierto. Conozco a sindicalistas que simplemente lo son por salvar su culo y se meten en los comités de empresa o en alguna directiva o secretaría del sindicato simplemente porque no los echen de sus empresas. Si eres sindicalista, estás salvado, un privilegio que les hace no ser iguales al resto de trabajadores. En su época sí he conocido a sindicalistas comprometidos, que trabajaban en la fábrica y en sus ratos libres dedicaban el tiempo al resto de trabajadores, defendiendo sus derechos ante la empresa en pequeños cuchitriles donde se respiraba la solidaridad. Esos sindicalistas cortaban el puente con los suyos, salían a la calle nada más conocer un atisbo de crisis o recorte en alguna empresa, hacían huelgas de hambre, criticaban al Gobierno de turno sin miedos ni tapujos y si tenían que manifestarse viernes víspera de puente, sábado o domingo lo hacían sin problemas. No cobraban por ello, porque su reivindicación era ideología, una palabra que parece haber desaparecido del diccionario. Los liberados podían contarse con los dedos de la mano, ahora faltan hasta dedos de los pies. Estoy de acuerdo en que todos tenemos que poner de nuestra parte, pero todos, también los sindicatos reduciendo las subvenciones que cobran del Estado, del dinero de todos los trabajadores que cotizan, incluido aquellos que montan sus empresas y producen para la sociedad. Ayer en la manifestación había un cartel que decía "¡Menos parásitos, menos parados!" y estoy de acuerdo. Por eso no es de recibo que los sindicatos permitan cada vez más liberados en las empresas, sin ningún tipo de control sobre lo que hacen. No digo que muchos sí que dedican sus horas sindicales a aconsejar a los compañeros y orientarlos sobre posibles abusos empresariales, ¡pero tanta gente hace falta!. Y al que le sobren horitas sindicales no estaría de más que las dedicara en beneficio de la sociedad, por ejemplo, en un comedor social donde seguro que encuentran a más de uno de esos compañeros trabajadores a los que podrían ayudar. Habría que sumar el dinero que supone el sueldo de todos los liberados de España y cuántas pequeñas empresas se podrían montar con ese presupuesto, creando empleo para la gente que de verdad quiere trabajar.

Terrada, un señor

Después del lamentable espectáculo del Pleno de la semana pasada, donde concejales del PP y PSOE se cruzaron todo tipo de acusaciones, el viernes se fijó una sesión extraordinaria para debatir los puntos que se retiraron tras la bronca. No lo veo lo más acertado, ya que esos puntos fueron retirados y podrían haberse debatido en otro Pleno, pero tampoco es para tomar la decisión del grupo socialista, que optó por no acudir al pleno, olvidando que ellos no se representan a sí mismos, sino a los ciudadanos que los han votado.

En todo este espectáculo, el que se ha comportado como un señor, o más bien, como lo que representa un concejal, es el representante de IU, Sebastián Terrada, quien sí acudió a las ocho de la mañana del viernes al Pleno, para dejar clara la postura de su grupo sobre no votar dichos puntos, explicando que estaba allí porque representaba a los ciudadanos que lo votaban y ese era su deber, estuviera o no de acuerdo con la convocatoria. Chapó.