El artesano trabaja con un calzado para recobrarle la vida que un día tuvo. :: A.J.
Ciudadanos

El zapatero que trató con el presidente

Un accidente en los Astilleros cuando era joven le hizo estudiar ortopedia pero la poca salida le obligó a montar su propio taller Paco Gutiérrez, de Puerto Real, estuvo con el líder del PSOE en las Juventudes Socialistas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Aparentemente no guardan relación alguna. Paco Gutiérrez es un artesano del calzado que lleva toda una vida reparando los zapatos de los puertorrealeños. Su taller tiene impregnado el aroma de lo añejo y de la cola de pegar. Es como un santuario que recoge las vivencias y los recuerdos de toda una existencia. Y el otro personaje en cuestión se encarga de la difícil tarea de sacar a la sociedad de la crisis, además de otros asuntos. Pero a pesar de ello, sus vidas se cruzaron en un punto del camino.

Un hecho cambió la vida de este artesano del calzado. Cuando era más joven comenzó su andadura profesional, como todos los gaditanos, en los Astilleros. Un día que se encontraba trabajando como cualquier otro se le cayeron encima 2.000 kilos de hierro. Tuvo que recluirse un año entero en los hospitales con operaciones y rehabilitaciones. «Fue imposible salvar la pierna». Los mismos médicos le aconsejaron que no regresara a su oficio.

Ante esta dificultad decidió dejarlo todo y marcharse a Madrid. Allí se sacó la carrera de técnico ortopédico, en plenos tiempos de 'movida' estudiantil. Pero mientras tanto y como el hambre apremiaba se sacaba un dinero tocando en la puerta del metro. «Yo era del movimiento 'hippie' en los 60, y sigo siéndolo ahora en la forma de pensar», comenta Paco, que explica cómo la verdadera traducción de la palabra quiere decir 'libre'.

Tras su estancia en la capital madrileña pasó a Castilla-León. Llegó al municipio León para participar en otra de sus pasiones, la música. Nada más llegar encontró un puesto en la Masa Coral de San Isidoro y allí se quedó. Paco echa la vista atrás con cariño y recuerda de esos tiempos a un presidente del Gobierno muy distinto al que ocupa La Moncloa hoy día.

Unidos por los ideales

Ambos eran jóvenes, inquietos y como todos con ansias de cambiar el mundo. «Zapatero fue compañero mío en las Juventudes Socialistas», advierte Paco, -haciendo un cariñoso guiño al recordar que su profesión y el apellido del presidente guardan cierta relación- de zapatero a Zapatero. Lo recuerda perfectamente: «Era un chaval tímido». Aunque la relación con el presidente del Gobierno no concluyen ahí. El primo de ZP, alcalde de la ciudad, «fue el padrino de mi boda con una barbateña».

Es posible que Zapatero no recuerde a este artesano pero él guarda como un tesoro el instante en el que se pudo codear con el que es hoy uno de los personajes más influyentes del país.

Al salir del taller se observa un rótulo que indica un despacho de vinos que lo montó para su hijo. En un principio la idea fue la de organizar una peña en la que poder estar con los amigos y por qué no, en la que poder contar las batallitas de antaño. Y quizá, sólo quizá, rememorar que un día coincidió con José Luis Rodríguez Zapatero.