Editorial

Tasa solidaria

Las nuevas medidas de control financiero deben buscar también el reequilibrio social

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La Unión Europea decidió ayer proponer al FMI el establecimiento de una tasa que grave las transacciones financieras, de manera que el sistema en su conjunto contribuya a un fondo que palie los efectos sociales de sus propias disfunciones. Se trata de una respuesta consecuente con la causa inicial de la crisis global, a la que deberán sumarse cuantas iniciativas contribuyan a evitar que la obtención especulativa de beneficios a corto plazo pueda poner en riesgo la estabilidad financiera. La decisión de Gran Bretaña, Alemania y Francia de gravar con un 50% los bonus que perciban los directivos de las entidades bancarias y financieras se topó ayer con la negativa de Rodríguez Zapatero a aplicar la medida en España; sencillamente porque la solución al problema no está tanto en el incremento de la presión fiscal sobre tales incentivos, como en las medidas que se adopten para evitar que esos emolumentos contribuyan a la perversión cortoplacista de búsqueda a ultranza de resultados inmediatos; lo que en buena medida explica la crisis financiera. Pero estas y otras medidas de control, a las que ayer se sumó Jean-Claude Trichet con su recomendación a los bancos para que dediquen los beneficios que obtengan de la reactivación económica a asegurar su solvencia, han de encontrar su razón de ser más allá de la consolidación del propio sistema financiero. Han de obedecer tanto a las necesidades sociales de los países desarrollados como, especialmente, a las urgencias que presentan las regiones más depauperadas del planeta. Los 2.400 millones de euros comprometidos por la UE para ayudar durante los tres próximos años al esfuerzo que deberán realizar los países en desarrollo frente al cambio climático es un exponente directo del papel de reequilibrio que tendrán que jugar los gravámenes que se introduzcan sobre los flujos financieros. A las instituciones de la Unión Europea y de cada país miembro corresponde explicar cuáles son los beneficios sociales que se obtendrían de una nueva fiscalidad sobre las operaciones financieras.