La paz con los kurdos se enquista

El tímido y maltrecho acercamiento que se había producido en los últimos meses entre Ankara y los kurdos tuvo ayer, probablemente, su último golpe de gracia. El Tribunal Constitucional de Turquía declaró ilegal el prokurdo Partido de la Sociedad Democrática (DTP), al que acusa de tener vínculos con terroristas. El veredicto echa por tierra todos los esfuerzos realizados por el Gobierno turco para instalar las bases de un posible plan de paz para la región que acabe con 25 años de violencia. El DTP ha sido durante estos últimos meses el interlocutor con el que ha estado negociando Ankara. De hecho, la histórica reunión el pasado agosto entre el primer ministro, Recep Tayip Erdogan, y el líder de la formación kurda, Ahmet Türk, se había considerado como la primera piedra en el proceso de entendimiento.

Pero si los posibles planes de paz quedan maltrechos, la decisión judicial podría convertirse, además, en un obstáculo para la entrada de Turquía en la Unión Europea, ya que Bruselas ha advertido en varias ocasiones de que la prohibición del DTP viola los derechos de los kurdos. El DTP, que cuenta con 21 escaños en la Gran Asamblea Nacional Turca era, hasta ahora, el único partido kurdo en el Parlamento, por lo que los nacionalistas del Kurdistán se quedan sin representación política.

El Tribunal Constitucional argumenta, sin embargo, que ha seguido el ejemplo de la ilegalización en España de Batasuna, a la que se acusa de pertenecer al entorno de ETA, para fundamentar su postura. También se han tenido en cuenta dictámenes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, según ha señalado la corte.

Según el veredicto, la formación liderada por Ahmet Türk tiene vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que tanto Turquía como la UE y EE UU consideran una organización terrorista. Desde que esta formación decidiera levantarse en armas contra el Gobierno de Ankara, se han producido más de 40.000 muertos entre ambos bandos.

Interlocutor

El partido ha negado que posea ningún tipo de lazo con el PKK, aunque defiende que debería tenerse en cuenta como interlocutor en el proceso de paz, algo que el Gobierno rechaza de plano. Algunos de los miembros del ahora ilegalizado partido, no obstante, han apoyado públicamente a los rebeldes kurdos y a su líder, Abdulá Ocalan, y no es extraño ver banderas del PKK en sus mítines y concentraciones.

Según explicó Hasim Kilic, presidente del tribunal, al anunciar el veredicto, «el DTP se ha convertido en un foco de actividades contra la integridad territorial». Todos los bienes del partido serán confiscados por la hacienda pública. Tanto Türk como la diputada Aysel Tugluk han sido privados, junto con otros 35 miembros del partido, de sus derechos políticos para los próximos cinco años.

El plan de paz propuesto por Erdogán, bautizado como «la iniciativa kurda», había ofrecido por ahora un paquete de medidas para ampliar los derechos lingüísticos de los kurdos, además de acabar con el aislamiento al que Ocalan llevaba confinado desde hace una década. Sin embargo, en la última semana, nuevos enfrentamientos entre el Ejército y el PKK han provocado la muerte de siete soldados y nueve milicianos.