DESMONTANDO A TIGER

El escándalo ha convertido rápidamente a Tiger Woods en blanco fácil de los chismes y los chistes de toda una nación: la suya. Los ríos de tinta vertidos por sus peripecias extramatrimoniales y las muchas horas de televisión que le dedican en su país parecen cumplir un único objetivo: desmontar a Tiger. La portada del 'Golf Digest' lo pinta aconsejando a Obama sobre cómo meter la bola en el hoyo. En un programa de parodias, un imitador de Woods corre despavorido mientras una legión de rubias armadas con palos de golf le persigue. Su atribulada vida sexual fue la estrella del último 'Saturday Night Live', y los chistes sobre él se multiplican. Algunos relacionados con el golf: «¿Por qué Tiger se chocó contra una boca de riego y contra un árbol? Porque no sabía si escoger hierro o madera». Y otros directamente con mala leche: «¿Qué tienen en común Tiger Woods y un bebé foca? Que a los dos les ha molido a palos un escandinavo».

David Letterman lo incluyó en su famosa lista 'Top ten', que recoge las sugerencias más ocurrentes de los telespectadores. La pregunta a contestar en este caso era: ¿Cómo puede mejorar su imagen Tiger Woods? Jay Lenno lo tiene claro: dando la cara. Pero no en el mullido sofá que Oprah Winfrey le ha ofrecido generosamente a modo de confesionario, sino en el no tan cómodo salón de Jerry Springer, presentador de un sensacionalista programa de testimonios al que acuden a contar sus culebrones ciudadanos de lo más 'freak'. Si bien la todopoderosa Oprah parece tener más papeletas que nadie, no está claro todavía que Woods esté dispuesto a contestar la pregunta que se hacen sus conciudadanos: ¿Cuándo volveremos a verle en persona? Alejado temporalmente del golf, los más optimistas calculan que no se reincorporará al circuito hasta febrero.