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En el cielo. El avión militar despega con éxito de la base de Sevilla.:: EFE
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El vuelo del A400M da alas a la Bahía

El nuevo avión militar realiza con éxito su despegue en Sevilla y garantiza carga de trabajo a la planta de EADS de El Puerto Airbus Military pone en el aire su joya de la corona y despeja el futuro de 290 empleos en la provincia

M. TORTOSA / J. RODRÍGUEZ
SEVILLA / CÁDIZ.Actualizado:

Satisfacción general en las instalaciones de Airbus Military. En una mañana gélida en Sevilla despegó y aterrizó ayer con éxito el avión de transporte militar más avanzado y con la mayor hélice y el más grande del mundo. Este primer vuelo del A400M, al que asistieron el Rey y más de 3.000 personas, da un respiro en tiempos de crisis a su constructor, Airbus Military, división del consorcio EADS, pero también da alas a la industria aeronáutica andaluza en particular y a la española en general, que se consolida como referente en Europa junto a Francia y Alemania.

No obstante, esta satisfacción se ha visto matizada por los propios ejecutivos de la compañía que han aclarado que habrá que aportar más dinero para cubrir las pérdidas que han ocasionado los 18 meses de retraso que acumula el proyecto.

Este primer prototipo de un avión que servirá para transporte militar y auxilio en caso de catástrofes humanitarias ha sido ensamblado en Sevilla, pero varias de sus piezas también se han fabricado en factorías de la provincia de Cádiz. Cuenta además con tecnología del grupo aeronáutico Hegan del País Vasco. La planta de EADS de El Puerto, con 290 empleados, participa en la fabricación del A400M con tres de sus cuatro líneas de trabajo. Se encarga de la chapistería, así como de la elaboración de las carenas de las alas y las toberas de los motores. Esto último es una producción exclusiva de la planta portuense que ha desarrollado la tecnología en titanio para evitar que la propulsión de los motores origine fuegos externos.

El avión cuenta con innovadoras características: gran capacidad de carga, con hasta 37 toneladas, capaz de aterrizar en todo tipo de terreno y en pista corta, con cuatro motores turbopropulsados TP400 que le permiten una larga autonomía de vuelo sin repostar, de entre 3.295 y 6.390 kilómetros, y volar lento o rápido.

El éxito de la prueba de ayer cumple el sueño de varios países europeos, entre ellos España, de contar con un gigante de gran versatilidad, proyecto amasado en los noventa y trastocado por retrasos (no se puso en marcha hasta 2003 cuando siete países se comprometieron a comprar 180 unidades), cambios en su concepción y alto coste. La inversión está estimada en 20.000 millones de euros, pero responsables de Airbus advirtieron ayer que su coste final puede ser mayor, lo que ha trazado una nebulosa sobre los tiempos de producción. La previsión actual es que en 2012 Francia adquiera el primer avión de este tipo. Este país tiene pedidos 50 aviones, Alemania, 60, España, 27, Reino Unido, 25, Turquía, 10, Bélgica, 7 y Luxemburgo sólo uno.

Expectación

Esta incertidumbre no nubló el entusiasmo de los pilotos que pusieron a prueba el A400M durante 3 horas y 47 minutos, ni la expectación que causó el ensayo, con un centenar de periodistas extranjeros acreditados y paneles por la ciudad de Sevilla para seguir el vuelo. El despegue de la pista del avión, con 127 toneladas de peso y 14 de carga, de la factoría de Airbus Military junto al aeropuerto San Pablo se produjo a las 10.15 de la mañana y el aterrizaje a las 14.02 horas. Aún tardaron otros tres cuartos de hora los pilotos en descender del avión junto a las gradas preparadas con multitud de invitados y autoridades, entre ellos acompañando a Don Juan Carlos estaban los ministros de Defensa e Industria, Carme Chacón y Miguel Sebastián, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y autoridades de Francia, Alemania y Reino Unido.

El Rey saludó efusivamente a los seis tripulantes, quienes destacaron lo fácil que había sido el vuelo y lo satisfactorio de las pruebas. La tripulación estaba formada por el piloto británico Edward Strongman y el copiloto español Ignacio Lombo, además de cuatro ingenieros franceses. Strogman destacó el diseño de la cabina con enormes posibilidades de interconexión entre todos los sistemas, los militares y los comunes. «A nuestros clientes les va a gustar tanto como a nosotros», dijo. El español Nacho Lombo añadió que les había impresionado «la gran maniobrabilidad que habíamos experimentado en el simulador». Otros cuatro prototipos también realizarán pruebas semejantes.

La satisfacción la hizo extensiva a todos los que han colaborado en la fabricación los máximos responsables de Airbus Military, Domingo Ureña y Tom Enders, así como el presidente de EADS, Louis Gallois. En el montaje del A400 han intervenido 920 empleados, entre los más de mil que trabajan en Airbus Military en la factoría de San Pablo. La industria aeronáutica genera en Andalucía más de cuatro mil empleos indirectos.

El vuelo se siguió con expectación también en la planta gaditana de El Puerto, situada en el parque tecnológico Centro Bahía de Cádiz. El presidente del comité de empresa de la factoría, Juan Pérez Gómez, reconoció ayer a LA VOZ que la puesta en el aire del avión supone un espaldarazo para la planta, ya que garantiza carga de trabajo. El avión nace con una cartera de pedidos de 195 unidades y la posibilidad de conquistar el mercado americano.