«Las mujeres se hacen fuertes en las empresas pero aún quedan huecos»
Linda Mary Randell Directora de El Centro Inglés de El PuertoLa Asociación de Mujeres Empresarias de Cádiz reconoce la trayectoria de la profesora Randell con el VI Premio AMEP
CÁDIZ.Actualizado:«No quiero cambiar mi acento, dirijo un centro inglés». Linda Mary Randell no deja de sonreír mientras sube a recoger el premio que le concede la Asociación de Mujeres Empresarias (AMEP). Son más de 40 años al frente de una de las escuelas más prestigiosas de la provincia y todo empezó por un jardín de infancia. A Linda le pidieron brevedad en su discurso, pero su trayectoria es todo un ejemplo para las nuevas emprendedoras. No prometió nada.
-Este premio es un reconocimiento de todas las empresarias gaditanas. ¿Qué supone para usted?
-Ya supuso una gran emoción saber que estaba entre las finalistas. Llevo más de 40 años en esta tierra y es todo un honor recibir este premio que me llena de ilusión.
-Cuando usted empezó la formación en idiomas era un lujo que sólo unos pocos se podían permitir. ¿Le costó trabajo encontrar a aquellos primeros alumnos?
-Empecé en un chalé alquilado que convertí en un pequeño jardín de infancia. Tenía entonces quince niños, pero en un solo curso fueron treinta. Recuerdo que los recogía en un Seat 124 cuando por la carretera de Fuentebravía sólo pasaban los burros en aquella época. Yo les hacía de cuidadora, cocinera, limpiadora y maestra. Fueron años de mucho trabajo y mucha dedicación, pero poco a poco me fui haciendo de un buen equipo. Sin él no hubiéramos llegado tan lejos. Ahora tenemos a más de 850 desde Infantil hasta el Bachillerato.
-¿Cuáles fueron las principales dificultades con las que se encontró?
-Me horrorizaba la contabilidad y el papeleo, pero me fascinaba la actividad. La verdad es que en el sector de la educación lo tuve fácil porque no había tanta oferta. También me permitía tener un horario flexible para cuidar de mis hijos.
-Tuvo que buscar sus propias fórmulas para conciliar la vida laboral y familiar.
-En mi caso no fue difícil, además conté con unos trabajadores fantásticos que me ayudaron en todo. Ese es el gran problema de hoy. Las mujeres se hacen fuertes en las empresas, pero aún queda muchos huecos por cubrir y uno de ellos es casar el cuidado de los hijos con el trabajo.
-¿Cree que los hombres empiezan colaborar más en el hogar y el cuidado de los hijos?
-Algunos sí, pero no es suficiente. Las mujeres somos menos egoístas y si no recibimos colaboración de nuestras parejas, ponemos a los hijos por delante de cualquier otra cosa. Nos cuesta menos renunciar a la carrera profesional por la familia, es parte de nuestra naturaleza. Por eso hay que insistir y que los hombres mejoren su disposición a implicarse en la educación de los hijos.