REYES MUNDIALES
Actualizado:Los deportistas españoles mediocres siempre se han excusado en la mala fortuna para justificar sus continuas debacles a nivel internacional. El ejemplo que siempre se me viene a la mente es el del lanzador de peso Manuel Martínez. Siempre llega con unas marcas espectaculares a los grandes campeonatos, pero siempre termina echándole la culpa al clima. He tenido la tentación de curiosear los últimos escenarios de los Mundiales de Atletismo y Olimpiadas y he comprobado que se han alternado citas con frío y calor. Habrá que esperar a que las islas Canarias alberguen un gran evento mundial para que no achaque sus fracasos a los cambios de temperatura.
Algo similar se puede decir de los nadadores. Los realmente buenos casi siempre han sido extranjeros nacionalizados o españoles que se han preparado en Estados Unidos. Pero los nacidos y formados aquí casi nunca han hecho nada. Como dice mi padre parece que la calle por donde nadan es más larga que las de los demás.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el deporte español ha evolucionado y se ha hecho más grande y poderoso. Ahora resulta que un jugador de baloncesto como Pau Gasol se lesiona y el día que reaparece anota 24 puntos. No tiene la necesidad de recurrir a ningún argumento vanal para justificar nada, porque, sencillamente, es de los mejores del mundo y así lo demuestra.
Rafael Nadal no es una máquina y como todo ser humano tiene momentos malos. Está claro que no pasa por una de sus mejores etapas, pero el día que se le necesitaba resurgió de su letargo para enderezar el triunfo español en la Davis. Lo mismo se puede decir de Ferrer. En fútbol, el Barça es el rey del mundo, llega a Kiev y cuando hace falta ganar lo hace y si hay que marcar un gol en el descuento para eso tiene a Iniesta el día del Chelsea. El deporte español manda en el mundo y los grandes no se buscan excusas.