Baja la bandera rosa
Actualizado:¿El automóvil a escala humana de Barbie? ¿El vehículo de la Pantera Rosa? ¿El coche color chicle de Paris Hilton? ¿Una nueva campaña publicitaria? Frío, frío. Son los 'pink taxi' (taxi rosa), un servicio exclusivo para mujeres que desde hace un par de años conquista grandes ciudades, como Dubai, Londres, México o Dakar. La última en subirse al taxi: Barcelona.
La 'línea rosa' -como se llamará oficialmente- empezará a patrullar este mes, aunque la flota femenina seguirá siendo fiel a los tradicionales negro y amarillo. El matiz será mínimo: el único identificativo será una pegatina. Por supuesto, rosa. «No podemos afrontar el gasto de pintar tantos coches de rosa; ni siquiera se nos ha pasado por la cabeza planteárselo al Instituto Metropolitano del Taxi», detalla José Manuel Zamora, presidente de la radio emisora Servitaxi, impulsores del nuevo servicio.
Detrás de la idea original se encuentra Begoña Torres, taxista y madre de familia que todos los días empieza su jornada laboral a las cinco de la mañana. Consciente de que hay mujeres que se sienten más seguras con una conductora, sobre todo a ciertas horas de la noche, Begoña estudió la viabilidad de poner en marcha el 'pink taxi' en Barcelona. «Si ya contamos con vehículos con maleteros grandes, adaptados para minusválidos, para fumadores, con sillitas de bebés... ¿por qué no un servicio por y para mujeres?». Logró el respaldo de sus 400 compañeros, animados también por el éxito de la iniciativa en otros países.
La incógnita ahora es quién será su clientela. Ellos lo tienen claro: las jóvenes que salen de marcha y las mujeres que hayan sufrido una experiencia familiar traumática, que no necesariamente tiene que ver con episodios de violencia de género, acoso o insinuaciones de los taxistas, «como ha pasado en otros países».
El funcionamiento presenta pocas novedades. No hay que ir agudizando la vista en cada taxi para observar cuál tiene la pegatina. Basta con solicitarlo por teléfono. Habrá un número especial para la 'línea rosa' y estará atendido por mujeres. El coste de la carrera no cambia. Tampoco el equipamiento de los automóviles. Nada de detalles sexistas. El único requisito es que entre los viajeros no haya ningún hombre.
A punto de estrenarse en la calle, aún quedan algunos flecos por cerrar, como el número de vehículos que compondrán la flota rosa. «Contamos con una veintena de socias, pero creemos que son pocas... No descartamos implicar a más mujeres en este servicio», apunta el presidente de Servitaxi. La demanda será la que finalmente decida. Pero las espaldas las tienen bien cubiertas. Si no hay clientas, se abre el abanico a los hombres... hasta la siguiente llamada rosa.
Las feministas aún no han levantado la voz ante el nuevo servicio. En el extranjero sí lo han hecho. «Por ahora todo han sido alabanzas», recalca Zamora. Hasta el Instituto Catalán de la Mujer les ha mostrado su apoyo. Y seguidores no les faltan. Aviso para 'taxiandantes': en Sevilla ya se han interesado por la idea.