Uno de los cooperantes de la Caravana Solidaria es abrazado por un familiar a su llegada, ayer, al aeropuerto de El Prat. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno teme que Al-Qaida exija la libertad de islamistas presos en España

La organización terrorista anuncia el traslado de los tres cooperantes a su feudo y asegura que están bien

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno vio ayer confirmados sus peores augurios. Al-Qaida hizo público un nuevo comunicado en el que, tras reivindicar el secuestro de los tres cooperantes catalanes de Mauritania, menciona de manera explícita a la liberación de los 'muyahidines' presos en países occidentales.

Aunque la franquicia magrebí de Bin Laden pospone sus reivindicaciones oficiales para ulteriores mensajes, los servicios de Información de las fuerzas de seguridad apuntan ya que entre esas condiciones podría estar, a la vista de este último comunicado, el pago de un rescate y la exigencia de poner en libertad a algunos de las decenas de terroristas islámicos encarcelados en España para terminar con el secuestro de Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez.

El grupo Al-Qaida del Magreb Islámico (AQMI) hizo público a través de varios foros de Internet 'yihadistas' un nuevo y escueto comunicado en el que señala que los rehenes «están bien de salud» y que «serán tratados de conforme a la ley islámica».

Ahora bien, y esto es lo que más inquieta a los analistas de la célula de crisis que se ocupan del secuestro, los terroristas supeditan la «seguridad» de los rehenes a la de sus propios captores, pues dan a entender que podrían ejecutar a los cooperantes si hay algún tipo de operación de rescate.

También subordinan la suerte de los secuestrados a la de «los hermanos musulmanes». Esta última frase, anticipan los analistas del Ejecutivo, podría ser, como en anteriores secuestros, una referencia a que entre las reivindicaciones podría estar la exigencia de poner en libertad a terroristas islamistas presos en países europeos. En España hay en la actualidad 71 reclusos islamistas, 65 en las cárceles dependientes del Ministerio del Interior y seis en los centros que se encuentran bajo el mando de la Generalitat catalana. Entre ellos hay nueve yihadistas condenados por participar en los atentados del 11 de marzo de 2004 en los trenes de Madrid.

En otro pasaje del comunicado, el grupo terrorista lanza mensajes de ánimo y solidaridad a sus «compañeros» presos, a los que insta a liberar. AQMI, explicaron ayer fuentes de los servicios de inteligencia, mantiene estrechos lazos con dos ramas 'yihadistas' que han sufrido severos golpes policiales en España en la última década, el Grupo Salafista para la Liberación y el Combate (GSPC) y del Grupo Islamista Combatiente Marroquí (GICM), terroristas a los que no están ligados los autores de la masacre del 11-M.

Numerosos miembros de estas dos organizaciones, con fuerte presencia en la península y Canarias, se integraron en 2006 y 2007 en las filas de AQMI. En cualquier caso, Al-Qaida del Magreb Islámico indica que por el momento no hará públicas sus reivindicaciones y que, sólo llegada la hora, hará llegar a los Gobiernos de Madrid y París, también tiene en su poder un ciudadano francés, las «legítimas demandas de los 'muyahidines'».

Los expertos de Interior, Defensa y Exteriores dan «absoluta credibilidad» al comunicado, que a primera hora de la tarde comenzó a aparecer en las habituales páginas que usa AQMI para sus reivindicaciones. Este nuevo mensaje, apenas 24 horas después de que Al-Qaida reivindicara el secuestro de una forma «poco habitual» para su grupo en el norte de África, lleva el anagrama oficial de Al-Andalus, la 'productora de prensa' que AQMI creó hace sólo unas semanas para distribuir su propaganda e informar de sus atentados.

Al-Andalus, a diferencia de otras ocasiones, no distribuye ni imágenes de vídeo ni señal de audio. Son sólo dos páginas escritas en árabe dialectal magrebí, con el sello de la productora y fechados el pasado lunes. Tras los rituales saludos y alabanzas, AQIM anuncia que tiene en poder a los españoles y al cooperante francés Pierre Camatte, quien fue secuestrado el 25 de noviembre en un hotel de Menaka, una ciudad de Mali a unos 1.600 kilómetros al noreste de la capital, Bamako.

El hecho de que los captores se refieran a Camatte, explicaron fuentes de Inteligencia, apoya la veracidad del comunicado, ya que tanto el Gobierno español como el francés tenían informaciones «fiables» de que los cuatro están en manos del mismo grupo y, probablemente, juntos.

«Bases de seguridad»

AQMI apunta que los 'muyahidines' que perpetraron estas dos acciones ya se encuentran, con sus víctimas, en «sus bases de seguridad». Un aviso que en Interior y Exteriores se interpreta como la comunicación de que los rehenes, a pesar de los esfuerzos de los gobiernos occidentales y del Ejército mauritano, han sido trasladados, como se temía, al feudo de este grupo en el corazón del desierto, los campamentos de Al-Qaida en varios puntos al norte y noroeste de Mali, siempre cerca de las fronteras con Mauritania y, sobre todo, Argelia.

El largo viaje de oeste a este a través de Mauritania, cerca de 1.200 kilómetros, hasta llegar a un lugar seguro fuera del control de los soldados mauritanos, argelinos o malienses explicaría la tardanza de los secuestradores en hacer público el comunicado de reivindicación, según los servicios de información españoles.

El comunicado hecho público ayer concluye con los habituales llamamientos a la guerra santa y contra los «cruzados», epíteto con el AQMI se refiere siempre a los occidentales, en particular a franceses, norteamericanos y españoles. Este mensaje será analizado con detenimiento por el comité técnico encargado del seguimiento del secuestro, según explicaron fuentes ministeriales.

Los expertos de Defensa, Exteriores e Interior se reunieron ayer para estudiar el anterior comunicado de Al-Qaida remitido a la cadena de televisión árabe Al Yazira. En esa primera grabación de audio, a la que el Gobierno también dio credibilidad, AQMI mencionaba nombre por nombre a los tres catalanes, y anunciaba nuevos mensajes a los Ejecutivos de Madrid y París con las condiciones para la liberación.