Falsa incoherencia

Los argumentos muestran la solidez de las opiniones. Los demócratas hemos condenado la prohibición suiza de edificar minaretes. Aprovechando esta sana reacción por la libertad, los mismos que durante el franquismo prohibían a las iglesias protestantes exhibir símbolos religiosos nos quieren acusar ahora de incoherencia porque, defendiendo también la libertad de los padres de educar a sus hijos, apoyamos la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos europeo de excluir la imposición de un símbolo religioso exclusivo en el interior de las escuelas de todos. No cabe presumir que esos nuevos cruzados sean tan tontos que no vean la diferencia esencial entre un edificio privado y otro público; ni que ignoren, por tanto, que no somos incoherentes. Tampoco ellos son incoherentes al buscar engañar a algunos tontos con falsas acusaciones de incoherencia.