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Las mujeres son recibidas primero por el Servicio de Atención a la Familia, que las deriva al juzgado específico y luego vuelven a Comisaría para un seguimiento. :: LA VOZ
Jerez

La Policía no da abasto para atender a 30 mujeres víctimas de malos tratos a la semana

El juzgado ha tramitado 739 órdenes de alejamiento en lo que va de año y sólo cuatro agentes velan por su cumplimiento

ALMUDENA DOÑA
JEREZ.Actualizado:

La escasez de recursos en la Comisaría jerezana es el cuento de nunca acabar. La plantilla se viene quejando de forma reiterada de la falta de dotación material y sobre todo humana que padece desde hace años el Cuerpo Nacional de Policía en la ciudad, pero que se deja notar de forma especial en servicios tan esenciales como el relativo a la violencia de género.

Los profesionales se quejan literalmente de «no dar abasto» tanto en el SAF (Servicio de Atención a la Familia) como en la UPAP (Unidad de Prevención, Asistencia y Protección). Los datos no ofrecen lugar a dudas, ya que el primer grupo cuenta con apenas seis funcionarios mientras que el otro está compuesto sólamente de cuatro para atender a una media de 30 mujeres a la semana. Por si no fuera suficiente, el número de órdenes de alejamiento sigue creciendo, y de enero a noviembre se han contabilizado 739, por lo que se espera alcanzar el récord del pasado año cifrado en 764 e incluso rebasarlo.

«La gente del SAF está realmente agobiada -aseguran desde el Sindicato Unificado de la Policía-, porque ellos además tienen que atender a menores, por lo que deberían ser como mínimo 20 personas». El caso de la UPAP es aún más preocupante, puesto que aunque los agentes se podrían conformar con que se elevara el personal hasta una decena, apuntan a que lo ideal sería contar con 50 para atender correctamente a un volumen de mujeres afectadas cada vez más grande.

La tarea de esta unidad es la que requiere una dedicación total, porque las denuncias llegan en un primer momento al Servicio de Atención a la Familia que las deriva al Juzgado de Violencia de Género y éste a su vez es el que remite a las víctimas a la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección para que desde allí se lleve a cabo el seguimiento correspondiente.

Protección y asesoramiento

Los cuatro funcionarios que conforman la unidad (tres de ellos en segunda actividad) deben encargarse de que las órdenes de alejamiento no se quebranten y de proteger, asesorar e incluso acompañar a las víctimas cuando lleven a cabo trámites como el de acudir a los juzgados. Una atención personalizada que requiere no sólo un aumento de la plantilla sino también una mejora de las infraestructuras, algo que vienen demandando los policías desde hace varios años, dado el incremento paulatino de casos que están recibiendo.

Esta subida se hace notar de forma generalizada, ya que el Ayuntamiento ha experimentado en sólo un año un aumento del 45% de mujeres atendidas por la Delegación de Igualdad y Salud. La Policía Local, además, ha intervenido en 69 episodios relacionados con la violencia de género en lo que va de año, deteniendo a 40 personas por ello.

La información facilitada por el Juzgado de Violencia de Género de Jerez ha terminado de corroborar esta circunstancia: el número de diligencias instruidas ha crecido considerablemente, situándose en 381 en lo que va de año frente a las 315 registradas en el mismo periodo de 2008. Aparte de este dato hay que tener en cuenta la cantidad de diligencias de carácter urgente, cifradas en 282, que son las que se tramitan en el mismo día de los hechos sin necesidad de que se pongan en marcha otras gestiones de mayor enjundia.

En la actualidad, el juzgado cuenta con una dotación de diez funcionarios, más la magistrada titular y la secretaria. Una plantilla que puede dar respuesta a la demanda existente y que lleva más o menos al día la tramitación de los expedientes, sin sufrir el colapso que sí padecen otros órganos judiciales.

Formación específica

Aunque en algunos casos la dotación humana sea más bien escasa, lo que los profesionales defienden es la preparación que se les aporta para realizar una labor tan delicada como es la de tratar con víctimas de violencia de género. Un ejemplo claro de ello es el de la Policía Local, que asiste periódicamente a cursos en los que se trabaja con actitudes que fomenten la igualdad; se informa sobre el marco legislativo internacional y nacional en esta materia y se ofrecen herramientas para aplicar un lenguaje no sexista.