Torsos
Actualizado: GuardarE l traidor da la cara en 'El Internado', decía el otro día una 'web' del ramo televisivo. Sobre el titular, desnudo, el atlético torso juvenil del sospechoso. ¿Se ha fijado usted en cuantos reclamos de este tipo hay en nuestra pantalla? Infinitos. Y ciertamente, no afectan sólo a la televisión. En 'Luna nueva', esa película de vampiros guapos que causa furor entre los adolescentes y las 'adolescentas', que diría la ministra Aído, hay una escena llamativa: la chica sufre un leve rasguño en su frente y el chico, solícito, se apresta a enjugar la tenue mancha de sangre; no lo hace con un tópico pañuelo, esa antigualla, sino quitándose la camisa entera -será por paños, ¿eh?-, dejando al descubierto la cultivada arquitectura desnuda de un torso gimnástico, para unánime admiración del público. Es evidente que esa escena no tiene otro sentido que la exhibición. En 'El internado', por seguir con el ejemplo, abundan también los recursos de este tipo. Ahora extienda usted el caso a cuantas otras series desee. Hace algunos años, se criticó muchísimo a José Luis Moreno porque en sus festorros televisivos para TVE incluía desfiles de chicas en ropa interior, amén de varones en bañador construidos a base de esteroides anabolizantes. Los mismos que entonces le criticaban por «casposo» son los que hoy atiborran nuestra pantalla de carne fresca. Moreno, en el fondo, era en esto un precursor, como en tantas otras cosas. Estos recursos son tan primarios, tan elementales, que en realidad inspiran más risa que otra cosa. Recuerdan aquella escena del paleto que va a comprar un coche y, una vez con el vehículo en las manos, llama al jefe del concesionario y le pregunta que dónde está la rubia del anuncio, la de los muslos generosos, porque dentro del coche no viene. El reclamo sexual es, de antiguo, una adecuada estrategia de venta, pero en esto, como en todo, la finura del reclamo da la medida del nivel del consumidor. O sea: cuanto más obvio el reclamo, menos seso tiene el que recibe el mensaje. Y aquí, por lo que se va viendo, tenemos un nivel cada vez más bajo.