Muchas expulsiones
Actualizado:El sabor que me queda después del partido del Martínez Valero es agridulce. Y me queda ese regustillo, porque aunque daba por bueno el empate en el momento de la expulsión de Enrique, después de haber aguantado toda la primera parte con uno menos y de cómo se puso la cosa en igualdad numérica me supo a poco. Sobre todo teniendo muy fresca en mi memoria la ocasión tan clara de Arriaga donde le telegrafió a Caballero donde iba a disparar. Cada vez que la recuerdo y que puedo ser el uno a dos, pero en fin. Una vez dicho esto quisiera hacer una reflexión sobre lo caro que nos cuesta a nosotros las faltas que hacemos. En la presente temporada, menos en dos partidos, en todos lo demás hemos cometido menos faltas de las que hemos recibido. Incluyendo el de Copa ante Las Palmas. Es decir que nos dan más leña de la que damos. Pues eso, pese a ser un equipo que comete pocas faltas el precio que pagamos es muy alto. Un precio en forma de expulsiones, que si no me falla la memoria sumamos ya un total de seis. Eso no sé si será tema de debate en el vestuario amarillo, pero debería de serlo en caso de que no se haga.
Pero lo que es cierto es que merece una reflexión profunda para que dosifiquen el quedarnos con un hombre menos en tantos partidos. Lo fácil es echarle las culpas a los árbitros. Pero no creo que eso sea del todo así. ¿Cuántos puntos tendríamos de más de no habernos quedado tantas veces con uno menos? Nunca lo sabremos, pero pongamos remedio. Y punto.