El ministro canguro
Tobias Billström, el político sueco que lleva a su bebé al Consejo de Ministros de la UE, es un tipo muy curioso que no oculta su bisexualidad
Actualizado: GuardarOsado, provocativo, ejemplar? Tobias Billström, ministro sueco de Inmigración, sorprendió a toda Europa al acudir el pasado lunes al Consejo de Ministros de Justicia e Interior de la UE con su hija de ocho meses en brazos. La fotografía fue publicada por casi todos los periódicos del Viejo Continente, excepto en Suecia, acostumbrados a tan familiares escenas.
La presencia de la pequeña Tone, obsequiada con la sonrisa de los homólogos de su papá, generó tal revuelo que las cámaras la inmortalizaron, con un supercoche violeta en la boca, desde todos los ángulos posibles. No era para menos, ante pose tan inhabitual en la Europa de los Veintisiete. Tobias Billström (Malmö, 1973) pretendía conciliar vida laboral y familiar. Como Suecia ejerce la Presidencia de turno de la UE y multiplica sus salidas de Estocolmo, viajó a Bruselas con su mujer, Sofia Akerman, y su hija. La expectación llevó a su ministerio a aclarar que los pasajes de avión de Tone y Sofía había sido costeados por su cuenta. No fuera a ocurrirle lo que a la ex vicepresidenta socialdemócrata Mona Sahlim, que el pago con tarjeta gubernamental de los 8 euros gastados en chocolatinas para sus hijos le costó la cabeza.
Billström es un sueco de a pie. Cualquiera puede encontrárselo en el céntrico mercado de Saluhallen, en la capital sueca, llenando el carrito de la compra. «Huele el queso, lo prueba, pregunta por las calidad de los filetes de carne que se va a llevar, saluda y habla con la gente», comenta Carmen Villar Mir, corresponsal de 'Abc' en Estocolmo.
No sólo hace la compra, también cocina, y de ello presume en su página web. «Me gusta estar entre ollas y sartenes», o «tomar mi té acompañado de un buen libro».
Este político tiene en su haber varios récords. Con 28 años, fue el parlamentario más joven de su país, listón que mantiene, con 35, como ministro. Es el primer alto cargo sueco que ha confesado su bisexualidad, nada raro en una nación donde la condición sexual de las personas carece de relevancia y donde varios ministros se han declarado homosexuales. A los suecos les molesta el cotilleo. «Es políticamente muy incorrecto comentar la vida privada de las personas, incluidos los políticos», explica un funcionario de la Embajada de España en Suecia. Pero como no es oro todo lo que reluce, la clase de alta alcurnia excluye de sus cenas nobiliarias a bisexuales y homosexuales. No es el caso de la Casa Real, ni de la Academia de los Nobel.
Billström sabe que le juzgan por su competencia como ministro, no por con quién se acuesta. Cosa bien distinta sería que engañara a su esposa o lo pillaran con esos 200 SMS eróticos que el ex ministro finlandés de Asuntos Exteriores Ilkka Kanerva envió en 2008 a una 'stripper' y supusieron su ruina política.
Impuesto de televisión
Licenciado en Historias y Ciencias Políticas, con máster en Estudios Históricos por la Universidad de Cambridge, Tobias Billström se autodefine como moderado, nombre del partido al que representa y que integra la coalición del Gabinete conservador del primer ministro, Fredrik Reinfeldt. En 2006 consiguieron desbancar a los socialdemócratas, aunque a la semana de estrenar gobierno casi se quedan en el paro. El escándalo por no pagar durante años el canon para recibir en casa las emisiones de la la televisión pública se llevó por delante a las ministras de Cultura y de Comercio. El insolidario Billström salió ileso. Argumentó que si la televisión era un servicio público, no se debía pagar por él y menos cuando la señal abandona la tierra y levita hasta el satélite. El ministro reculó, admitió que el legislador está para respetar la ley, y se libró.
Con fama de inteligente y comprometido, ha puesto en marcha leyes vanguardistas sobre emigración. Su secretario de prensa, Markus Friberg, menciona que el mayor orgullo del ministro es haber promovido la ley «más avanzada del mundo» sobre mano de obra inmigrante. Para combatir el estrés, practica el senderismo, saborea paseos en el otoño de Malmö y se embriaga «del olor de las playas de Gotland». Convencido del poder de la tecnología, Billström envía fotos y textos de sus actos para que los suecos lo pueda seguir en Filklipp, en su Mobilblog o en Twitter. ¡Y contesta a todos sus comentarios!