La Casa Blanca. Michelle Obama, en su huerta. :: MICHAEL REYNOLDS
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A la compra con Michelle

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Descartado el usar y tirar, los almacenes ecológicos Green Depot han encontrado una mina de fidelidad con su línea de productos de limpieza a granel, que traen al cliente de vuelta a rellenar la botella. Pero lo verdaderamente chic es hacer la compra en el mercado de granjeros y, si es el de Union Square, mejor. Ahí es donde se elimina la huella de carbono que deja la comida entre la granja y el plato (2.400 kilómetros de media en EEUU). Los productos locales son ya un reclamo publicitario en las estanterías de los supermercados, porque comprarse espárragos de Perú deja mala conciencia cuando hasta la primera dama se los cultiva en su jardín.

En marzo pasado Michelle Obama se echó la azada al hombro en respuesta a la campaña de crear un huerto en la Casa Blanca que liderasen gurús ecológicos como Michael Pollan y Roger Doiron. Dispuesta a dar ejemplo, reclutó a los niños de las escuelas cercanas y promovió la creación de un mercado de granjeros a dos manzanas de su mansión, donde va personalmente a hacer la compra para dar ejemplo de dieta sana. Y es que si de algo sirve el ejemplo americano, los españoles padeceremos pronto la epidemia de obesidad, diabetes y colesterol que colapsa la salud de los estadounidenses.

Al contraataque vendrán los endulzantes naturales como el agave y la estevia, con un índice glicémico tan bajo que son aptos para diabéticos. Del primero se nutren las magdalenas glaseadas de Babycakes, la pastelería vegana donde se chupan los dedos Gwyneth Paltrow y Hillary Swank. Sin trigo, ni huevos, leche, azúcar o gluten si se prefiere, pero siempre deliciosos. Si de celebridades se trata, a Leonardo Di Caprio hay que darle crédito por haber sido el primer actor de Hollywood en llegar a la alfombra roja de los Oscar hace ocho años en un Toyota Prius, el híbrido que alterna un motor eléctrico con el de gasolina. Hoy hay lista de espera en los concesionarios de todo el mundo. Eso fue incluso antes de que Al Gore se llevase el Oscar por el documental universalmente aclamado por abrir los ojos a la sociedad de un país que ni siquiera ratificó el Tratado de Kyoto.