La caravana de Barcelona Acció Solidària, escoltada por militares de Mauritania en su trayecto hacia Senegal. :: REUTERS
ESPAÑA

Sin rastro de los cooperantes

Los expertos creen que la falta de noticias sobre Alicia, Albert y Roque se debe a que los mercenarios negocian con los terroristas El secuestro de los españoles en Mauritania cumple una semana lleno de silencio

NUAKCHOT. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La incertidumbre de la espera empieza a ser insoportable en Nuakchot. Sin noticias ni rastro de Alicia Gámez, Andrés Vilalta y Roque Pascual, los días pasan lentos e incómodos en una ciudad sorprendida y apesadumbrada por la 'shuma', la vergüenza de aquéllos que no comprenden el Islam, aseguran sus ciudadanos. Una semana ha pasado ya desde que los cooperantes de la caravana solidaria fueron secuestrados en Mauritania y, desde entonces, todo lo que se sabe de ellos son rumores, confusión y silencio oficial.

La fatídica tarde del domingo 29 de noviembre, los miembros de la ONG Barcelona-Acció Solidària partieron de Nuadibú, capital económica del país, tras entregar parte de los kilos de ayuda humanitaria que el convoy traía desde Barcelona. Circulaban en dirección a Nuakchot, la capital mauritana. Alicia, Albert y Roque conducían el todoterreno que cerraba el convoy.

Habían recorrido ya 300 kilómetros cuando Ibrahimovic metió al Real Madrid el gol que dio la victoria al Barça. La alegría de los catalanes, que habían sintonizado Radio Nacional, se frustró repentinamente. «¡Paraos, paraos, que hay un soldado con una metralleta!», se escuchó por la radio a través de la que se comunicaban. El vehículo que encabezaba la caravana, conducido por José Luis Guerrero, un mosso d'Escuadra, dio la vuelta para comprobar qué sucedía. Allí estaba el coche, pero ni rastro de sus compañeros.

Desde entonces, no se ha vuelto a saber nada de Alicia, Albert y Roque. Los cooperantes avisaron a la embajada española en Nuakchot, que se puso en contacto inmediatamente con las autoridades mauritanas.

La pista de Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) no tardó en llegar. El mismo lunes, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, indicaba que todo apuntaba a que eran ellos. Varias hipótesis se barajan en torno al secuestro. Los españoles podrían haber sido capturados por milicianos de Al-Qaida, por bandidos comunes, o por mercenarios que tendrían como objetivo vendérselos a los terroristas. El hecho de que AQMI no haya reivindicado el secuestro hace suponer a los expertos que hayan sido mercenarios que aún negocian con los terroristas.

«Los secuestradores también escuchan», recordaba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el martes tras pedir «prudencia y precaución». Aunque el Ejecutivo de Nuakchot también mantiene silencio sobre el progreso de las investigaciones, varios indicios llevan a pensar que el país ha cometido errores en materia de seguridad. «Mauritania carece de los medios para controlar las regiones más aisladas», asegura Uld Mustafa. El precario ejército mauritano está apoyado en esta operación por España, que ha aportado todos los medios de seguridad y vigilancia con los que cuenta en el país. Tanto Mali como Argelia y Marruecos están también rastreando las fronteras con Mauritania a la caza de los terroristas.