Anoeta vibra con 'su' Real Sociedad

La Real Sociedad recupera el liderato de Segunda División tras confirmar su fortaleza en Anoeta, donde ha ganado los últimos seis partidos, y golear al Real Unión en un duelo guipuzcoano que se recuperaba tras 44 años inédito.

El partido tuvo todos los ingredientes intrínsecos a esa condición de enfrentamiento entre vecinos. Anoeta presentó su mejor entrada de las últimas temporadas, hubo chispazos de buen fútbol y un juego intenso.

El choque se le puso muy pronto de cara al conjunto local porque el Real Unión se manejaba con complejos en un escenario que le inspiraba mucho respeto y no estuvo fino en defensa, lo que aprovechó el uruguayo Carlos Bueno para marcar, tras un error de marcaje, y hacer buena la asistencia de Emilio Nsue.

El conjunto irunés fue mejor que los anfitriones durante la primera mitad, pero la falta de gol fue determinante para que sus muchas y buenas aproximaciones no obtuvieran el certificado del tanto, aunque Gorka Brit lo tuvo cerca en el minuto 19 en un balón que llevaba veneno para el cancerbero Bravo.

Siguió el Real Unión inquietando y mucho a los realistas pero nuevamente la falta de tensión defensiva le pasó factura en el minuto 32, cuando el central Ion Ansotegi remató sin oposición un centro de Elustondo.

El partido estaba encarrilado y más cuando en el minuto 40 nuevamente Ansotegi anotaba a placer en otro fallo de marca visitante para lograr de paso una marca personal, ya que no había goleado por dos veces en el mismo partido a lo largo de toda su carrera profesional.

Parecía el escenario apropiado para un paseo y goleada blanquiazul, pero aún tuvo que sufrir un poco la Real porque en el tiempo de descuento el delantero del Unión Juan Domínguez aprovechó el relax defensivo en el área local y ha dado un poco de vida a su equipo.

Sin embargo, la expulsión del visitante Alcalá allanó definitivamente la victoria para los jugadores realistas, que todavía han vuelto a celebrar un último gol logrado por Nsue tras un nuevo error del Unión, en este caso del guardameta Jauregi en su precipitada salida. Los donostiarras levantaron el pie del acelerador y el marcador ya no se movió.