Algeciras, escala de falsificadores
El recinto portuario tiene un papel estratégico en el tráfico internacional de mercancías pirateadas; Más de medio millón de artículos se incautaron en este puerto sólo en 2009
ALGECIRAS.Actualizado:Lleva en su mano un cúter y aunque el cometido parece titánico, sabe a dónde tiene que atacar, al igual que un cirujano. Ante sí tiene una pared de varios metros compuesta por cajas de cartón, serigrafiadas con letras chinas. El agente de Vigilancia Aduanera coge una al azar y rasga el precinto que la cierra. Su forma de proceder revela que no es la primera vez que lo hace. Del interior saca un aparato electrónico negro. Lo mira con recelo y con el mismo cúter levanta la etiqueta en la que se puede leer el nombre de un fabricante de TDT. «Ves, sólo han colocado una pegatina de la casa oficial para tapar la marca falsa». Una burda copia, pero de un producto hasta ahora inédito en las falsificaciones; una industria que ha puesto en jaque al mercado legal, al representar ya el 8% del comercio internacional. El funcionario acaba de confirmar que tiene ante sí un cargamento de 20.000 aparatos pirateados de TDT que un importador de China pretendía introducir por el puerto de Algeciras. La dársena gaditana es escala internacional de falsificadores.
Sin embargo, esta operación no es sólo peculiar por el tipo de mercancía, una rareza dentro del mundo de las copias, sino porque ha abortado una entrada de género ilícito que pretendía comercializarse en España. Sin embargo, este puerto juega un papel distinto en las rutas internacionales de las falsificaciones. Así lo constatan las continuas intervenciones de la Agencia Tributaria (AEAT).
A Valencia y Barcelona sí llegan contenedores cuya carga tiene como destino el mercado español. «Sin embargo, en Algeciras hacen transbordo todos los que viajan hacia países africanos o Portugal», asegura Alberto García, delegado ejecutivo de la AEAT en Andalucía. La falta de un cinturón industrial y de infraestructuras potentes que conecten el Campo de Gibraltar con las principales capitales españolas, han hecho desistir a comerciantes como los asiáticos, que en ciudades como Barcelona están ocupando polígonos enteros donde distribuyen los artículos a minoristas. Pero las rutas marítimas obligan a los exportadores a hacer escala en Algeciras y son, en esos transbordos, donde se ponen los filtros para que la mercancía no llegue a destino.
Controlar lo que circula en este recinto portuario no es tarea fácil. Visto desde el mar, el puerto algecireño parece engullir a la propia ciudad. El mismo agente de Aduanas que antes abría cajas, lo define simplemente «de locura». Los datos dan fe: si al año se mueven en el mundo unos 300 millones de contenedores, 30 millones pasan por el Estrecho y más de tres hacen escala en Algeciras. La labor de selección de los transportes objeto de inspección es quizás más importante que el registro en sí. Variables como un operador que introduce artículos desconocidos en su país de origen, por ejemplo un importador colombiano que declara productos de alta tecnología; o que haya dado positivo en inspecciones anteriores, son pistas que levantan sospechas. Radios y gafas de sol fueron los artículos tapadera en las dos últimas incautaciones. En 2009, la UAR (Unidad de Análisis de Riesgo compuesta por agentes de Vigilancia Aduanera y Guardia Civil) ha intervenido más de medio millón de artículos falsificados (578.338 unidades) que viajaban en 17 contenedores que habrían recalado en Marruecos y Emiratos Árabes. La cifra traducida en su valor de mercado (23.052.552 euros) evidencia que las falsificaciones no son sólo una cuestión de mercadillos.
Una de estas operaciones se realizó en marzo del año pasado, y resultó ser el mayor cargamento de falsificaciones intervenido en el país. Una incautación récord que confirmó la posición internacional de Algeciras. Seis contenedores habían sido cargados en la localidad china de Yatián y debían haber sido abiertos en Marruecos, pero a su paso por Algeciras, la mercancía se quedó para siempre. El operador había declarado que transportaba componentes de circuitos electrónicos, algodón y calzado, una variopinta mercancía que no pasó el filtro. Al abrir los contenedores, los funcionarios se encontraron con 230.000 productos falsificados. Desde camisetas de equipos de fútbol, cinturones a ropa interior.
El delegado ejecutivo de la AEAT cuenta los entresijos de este operativo mientras recorre las gigantescas instalaciones del recinto portuario. En ese momento se detiene en la zona de control de vehículos que desembarcan de los buques llegados de África. Un perro adiestrado de la Guardia Civil no necesita de guía para olisquear las ruedas de cada coche . Y es que ya no es raro encontrar droga en el interior de neumáticos.
Radiografía a un camión
Conocedores de la situación estratégica del puerto de Algeciras, en 2006 se reforzaron los sistemas de inspección de contenedores y transportes. Desde ese año, el recinto algecireño cuenta con un escáner que radiografía el interior de los camiones. El sistema permitió recientemente detectar un envío de armas hacia Nigeria, camuflado entre enseres que simulaban una mudanza.
Ubicado en un almacén diáfano, los conductores de camiones son guiados hasta él. No hay letreros ni indicaciones visibles en el exterior y cuando se accede a la zona del escáner una larga línea roja advierte de dónde deben ubicarse las personas para evitar riesgos. «Se va a proceder a escanear», gritan desde la cabina central. Es el último aviso para disuadir a aquellos polizones que tratan de entrar en el país escondidos en los bajos de un vehículo o entre la mercancía. En un minuto, un vehículo pesado cargado con enseres de cocina es revisado de arriba a abajo. Cuando sale, ya hay una fila con otros tres camiones en cola. No hay descanso. «Tienes que aprender a mirar las imágenes que toma el escáner. Un exceso de sombras puede darte la pista», dice uno de los operarios que trabaja con el equipo de detección.
Otras veces el escáner no es la herramienta esencial. Las investigaciones policiales también aportan información fidedigna que provoca la apertura de contenedores. Así ocurrió con el citado cargamento de armas. Y los peritos de las compañías afectadas son otras de las piezas clave, ya que cuentan con personal infiltrado en estas organizaciones y saben cuándo se va a producir un envío.
Las autoridades aduaneras de la Unión Europea han visto crecer en un 17% las incautaciones de material pirateado; síntoma inequívoco de un negocio floreciente que juega a burlar las fronteras.