Cádiz, fuera de la liga ARCO
Las galerías critican el elitismo de la Feria, que vuelca su mirada al mercado internacional
CÁDIZ. Actualizado: GuardarCada año, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO se convierte en escaparate de las nuevas tendencias del sector, las corrientes que marcarán un antes y un después en la historia del arte y los creadores que trascenderán las fronteras de lo convencional y lanzarán una mirada renovadora hacia la realidad circundante. Una mirada sensible que desvelará un nuevo concepto estético, sacudirá conciencias o suscitará diferentes lecturas.
Un espacio dedicado a la creación al que artistas y galerías no tienen fácil acceso ya que los criterios de selección son bastante duros y la inversión económica necesaria es a veces insostenible.
Desde algunos años, la recesión económica no ha hecho más que entorpecer el acercamiento a la feria a nuevas salas y creadores. Expositores y coleccionistas han reducido notablemente su presencia en ARCO en los últimos tiempos. Cada vez son menos las galerías que participan en la gran cita nacional con el arte contemporáneo (en la última edición había 90 menos que hace dos años). En el caso de Andalucía, sólo una sala de exposiciones visitó ARCO 2009, la galería sevillana de Rafael Ortiz, lo que suscitó una gran polémica en el gremio, que criticó al comité del certamen por dejar sin representación a la comunidad andaluza y dejar fuera a expositores habituales como Félix Gómez.
Este año la cosa ha cambiado y el pasado domingo se anunciaba el nombre de los nuevos representantes andaluces que acudirán a ARCO 2010. Los galeristas malagueños Alfredo Viñas y Javier Marín, la galería sevillana Rafael Ortiz y la granadina Sandunga. Cuatro representantes y entre ellos ningún gaditano. Sin embargo, esto no es nada nuevo, ya que la provincia lleva quedándose fuera de la Feria desde hace más de seis años. Una de las últimas representantes gaditanas que tuvieron stand en ARCO fue la algecireña Milagros Delicado, que cerró su galería en la capital hace ya más de dos años. «En mi época éramos Magda Belloti, Carmen de la Calle y yo las que acudíamos todos los años pero poco a poco nos hemos ido echando para atrás», apunta Delicado.
Según reconocía hace unos días la presidenta de la Asociación de Galerías de Andalucía, «para las demás galerías andaluzas es muy difícil entrar en ARCO, porque es una Feria muy cerrada, donde los requisitos para participar son fuertes y hay que tener un currículum bastante completo que incluya a artistas internacionales».
«Los criterios de ARCO no son lógicos. El metro cuadrado está carísimo», apunta Ramón Pareja, propietario de la Galería Gades. «Además, muchas veces esas inversiones no se traducen en grandes beneficios económicos. Nosotros hemos conseguido 3.400 visitas durante nuestra intervención en la capilla de Santa Catalina y no hemos visto incrementadas nuevas ventas».
Sobrevivir, lo principal
La crisis afecta a todos y las galerías no se ponen metas tan altas. El objetivo principal en estos momentos es sobrevivir, eso sí con grandes dificultades. «La realidad gaditana está ensombrecida por la precariedad», reconoce Pareja.
«Cádiz no cuenta con salas que trabajen a esos niveles», apunta Maru de la Neilson Gallery de Grazalema. «Sólo hay que echar un vistazo a ciudades más grandes como Sevilla o Málaga donde solamente cuentan con dos galerías de arte contemporáneo». Esta galerista achaca esta realidad a que la provincia no cuenta con una clientela, una opinión secundada por Paqui, propietaria de GH40 en San Fernando. «Hay poca gente en Cádiz que quiera invertir en un cuadro, aunque siempre hay algunas personas que prefieren comprar uno a comprarse una lámina».
Otros profesionales tildan la feria madrileña de «elitista», como Alfonso, de Minimarte. «En ARCO se busca lo más exclusivo y no entra cualquiera, es casi por invitación». Este galerista reconoce que la cita está pensada sobre todo como escaparate del arte español de cara al mercado extranjero. «Hubo un momento en que ARCO dio un giro y se hizo más internacional», explica Maru. Resulta paradógico que pese a que la Feria fue impulsada por muchas galerías nacionales, entre ellas «muchas andaluzas», con los años la cita ha tendido a dejar fuera a las salas españolas en favor de las extranjeras. «Se ha convertido en un gigante, aunque hay que reconocer que últimamente han levantado la mano para incluir más salas nacionales», asegura Maru.
Personalmente, esta galerista se decanta más por el intercambio cultural que por la asistencia a ferias internacionales. «Nosotros contactamos con galerías europeas que siguen la misma línea y llevamos a artistas andaluces a exponer fuera. Hemos estado en Polonia, Holanda... y ahora nos vamos a Japón», asevera la dueña de la Neilson, que el mes próximo inaugurará su intervención en el castillo de Santa Catalina, por cuya capilla pasarán todas las salas gaditanas por iniciativa del Ayuntamiento de Cádiz. «Ahora estamos trabajando mucho con el colectivo Vendaval y con Chema Cobo», apostilla.
A pesar de no asistir a ARCO con stand propio, las principales galerías de la provincia tienen cada año presencia en la Feria de la mano de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través del programa Iniciarte, que instala un stand que proyecta imágenes de las espacios artísticos andaluces más importantes y de sus creadores habituales. El año pasado, sólo dos gaditanas asistieron de forma virtual: Gades y Neilson Gallery. «Es una oportunidad única. Publicidad gratis que nos viene muy bien. Siempre puede haber algún coleccionista interesado que busque nuestros datos», destaca Paqui, cuyo espacio expositivo, GH40, ha formado parte del stand en ediciones anteriores.
Citas más asequibles
Algunos de los galeristas apuestan por acudir a otras ferias no tan exclusivas a promocionar sus creadores. «La verdad es que a mi no me interesa ARCO ni creo que yo a ella», apunta Rafael Benot, dueño de la galería Benot de Cádiz. «Nosotros llevamos una línea más figurativa de la que la Feria puede demandar», ya que ésta tiende más al arte abstracto y una corriente más moderna. «Nosotros acudimos a otras ferias españolas como Arte Santander», explica Rafael.
Por su parte, Minimarte se decanta por la Feria Estampa de arte gráfico, la cita artística más importante centrada exclusivamente en el grabado, que se celebra a finales de noviembre en Madrid. «Los precios son mucho más asequibles y no hay esa criba que existe en ARCO», asegura Alfonso, responsable de la sala gaditana. «Todavía no hemos acudido pero nos lo planteamos seriamente para el próximo año».
No sólo las galerías de Cádiz han perdido presencia en ARCO a lo largo de los últimos años. Cada vez son menos los artistas gaditanos que acuden al principal evento nacional dedicado al arte contemporáneo. En las dos últimas ediciones han sido entre tres y cuatro los creadores nacidos en la provincia que han colgado sus obras en la Feria.
Guillermo Pérez Villalta, los hermanos MP&MP Rosado, el fotógrafo Juan del Junco, el gibraltareño Juan Carlos Bracho, el lienense Miguel Trillo y el tarifeño Chema Cobo participaron en ARCO.
Todavía está por ver cuántos de ellos repetirán visita. Por el momento, Milagros Delicado afirma que la galería Pepe Cobo, asidua a la cita y que suele representar al equipo MP&MP, no asistirá a la próxima edición de la Feria ante la escasa asistencia de coleccionistas internacionales. «Saben que al estar en crisis van a hacer una inversión grande y la salida va a resultar mínima, así que...», aduce Delicado.
Así que, tomando como referencia la famosa canción, actualmente son 'malos tiempos para la plástica' y el mercado del arte se resiente cada vez más. Veamos si cuando pase el temporal, Cádiz puede encontrar el sitio que se merece dentro de él. Por el momento, lo importante es sobrevivir y que no se produzcan más cierres como los de IslahAbitada o Milagros Delicado.