La OTAN supera la previsión de Obama
Francia y Alemania esperarán a la conferencia del 28 de enero en Londres para decidir si envían más tropas La Alianza garantiza el envío de 7.000 soldados para «terminar el combate» en Afganistán
BRUSELAS.Actualizado:La OTAN respondió ayer a los requerimientos estadounidenses de fuerzas adicionales para Afganistán con un compromiso heterogéneo de 7.000 efectivos procedentes de veinticinco países, entre los que se cuentan varios que no son miembros de la organización aliada. En la relación facilitada oficiosamente en la sede aliada no figura comprendida una eventual aportación española, que podría estar cifrada en 200 militares más 250 del batallón enviado para supervisión de las elecciones del pasado verano que continuarían en el país centroasiático.
Francia y Alemania tampoco han concretado la aportación adicional de efectivos. Los representantes de de los Gobiernos de París y Berlín declararon mantenerse a la espera de lo que decida la conferencia sobre Afganistán prevista para el 28 de enero en Londres. Se trata de una excusa porque esa cumbre, según fuentes diplomáticas, va a concentrarse en aspectos como la reconstrucción y la reconciliación del arrasado país, la agenda que mejor conviene a su anfitrión, Gordon Brown. El encuentro está por lo tanto descafeinado de antemano y franceses y alemanes tendrán que tomar posiciones posiblemente ya en la conferencia de generación de fuerzas del lunes, en Bruselas, aunque sea a título confidencial.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, primero, y la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, después, se felicitaron de la respuesta aliada. «Es solidaridad en marcha», declaró Rasmussen, mientras que Clinton manifestó sin ambages que «Afganistán es un test crucial para la OTAN», después de haber apuntado con énfasis que «tenemos que terminar el combate juntos».
El compromiso aliado de ayer es difícil de gestionar. Hay aportaciones en algunos casos minúsculas que proceden de países (Kazajstán, Mongolia y otros) sin experiencia de integración con efectivos muy bien dotados y entrenados, como es el caso de la mayor parte de los socios de la OTAN. No será fácil ponerlos a operar juntos con otras unidades internacionales bajo un mando conjunto. Es, sin embargo, evidente que Obama ha obtenido los números que quería para presentar ante su opinión pública una respuesta solidaria de sus aliados internacionales. Sobre el terreno es muy probable que las cosas no sean tan evidentes.
Presionar a Karzai
Los compromisos de ayer deben ser enmarcados en un proceso en marcha hacia una redefinición de la acción internacional en Afganistán, que no tiene una fecha fija de caducidad, pero sí un horizonte (a partir de 2011) para el repliegue. A lo largo del próximo año serán convocadas varias conferencias internacionales para tratar el tema, una de ellas en Kabul, para la que no existe todavía fecha. Uno de los propósitos de los nuevos tiempos incorporados a la agenda es obligar a Ahmid Karzai a asumir sus responsabilidades, aunque hay un debate en la OTAN sobre si el Gobierno afgano no ha hecho sus deberes o no ha hecho los que se esperaban de él y todo lo rápido que se le exigía.
Ayer, los ministros aliados decidieron ofrecer la condición de candidato a la adhesión a Montenegro, a través de lo que se conoce como Membership Action Plan (MAP), pero se lo denegaron por el momento a Bosnia Herzegovina. España estaba a favor de ambas repúblicas balcánicas, pero EE UU consideraba que por lo que a Bosnia respecta todavía es demasiado pronto.
La OTAN también analizó el nuevo modelo de defensa antimisiles, que podría devenir en una insfraestructura específica de la Alianza. Falta todavía mucha información, técnica y económica para avanzar en esa línea.
En el Consejo OTAN-Rusia fueron aprobados tres documentos (sobre análisis de desafíos conjuntos, estableciendo un plan de trabajo común y definiendo una nueva estructura para el organismo). La reunión fue presentada como una superación de las diferencias ocasionadas por la crisis georgiana, pero entre los aliados se espera a constatar la evolución de Rusia en asuntos claves como Afganistán antes de echar las campanas al vuelo.