FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Barça tumba a un sólido Dépor

Messi, que este domingo recibe el premio en París, lideró al Barça en Riazor con dos goles

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Tras varios partidos sin alinear a su once de gala entre lesiones y rotaciones, Pep Guardiola decidió salir de inicio en Riazor con todos sus cracks, señal de respeto del técnico catalán a un Deportivo protagonista de una gran temporada. Arriba, los más mediáticos: Messi, Ibrahimovic y Henry. En la media, los más tocadores: Busquets, Xavi e Iniesta. Y en la retaguardia, los más fiables: Alves, Puyol, Piqué y Abidal.

Con una alineación así, el Barça tomó la iniciativa ante un Deportivo que arrancó algo intimidado. Tras los tímidos intentos de Henry e Ibrahimovic, Messi, que ya había tropezado con Aranzubia en una acción individual anterior, logró el 0-1 con un zurdazo raso desde la frontal del área. Fue una clásica jugada colectiva del conjunto azulgrana, con el balón circulando a velocidad de vértigo de un futbolista a otro hasta que el 'Balón de Oro' justificó su galardón.

A partir del 0-1, el Barça tuvo al Depor contra las cuerdas, pero perdonó. Ibrahimovic se entretuvo demasiado en un regate a Aranzubia y a Henry le faltó decisión en un par de llegadas al área.

Cuando el conjunto de Lotina parecía más tocado, llegó la jugada absurda de la noche que cambió la dinámica. Aranzubia sacó de forma poderosa desde su área, con tanta potencia que el balón llegó al área grande del Barça, donde hubo dudas en cadena en el despeje aéreo hasta que Adrián rozó el esférico sin aparente peligro. Sin embargo, Valdés se había quedado a media salida y cuando quiso reaccionar el balón le botó y se le coló por encima de la mano. Un gol muy extraño, poco estético, pero muy válido.

El Dépor intentó provocar dudas en el líder

El 1-1 dio alas al Deportivo , que aumentó su presión en el centro del campo y en la segunda parte impidió que el Barça se moviera con tanta libertad, siempre con la intención de robar el balón y montar una contra letal.

Pese a todo, la escuadra de Guardiola siguió perseverando en sus acciones en busca de desequilibrar la contienda. Curiosamente lo logró cuando entró en el campo su jugador menos renombrado. Pedro sustituyó al previsible Henry y en su primera aparición puso el balón en la cabeza de Messi, que batió a Aranzubia con un giro de cuello académico. Lotina, que tenía la baja de Riki, se la jugó al final dando entrada a Bodipo, otro punta, para acompañar a Mista, pero los teóricos pasadores como Guardado, Sergio o Filipe Luis estaban muy cansados de tanto correr detrás del balón y no tenían las ideas claras. Ibrahimovic, a poco del final, sentenció con oportunismo.