Varios niños son denunciados por agentes de la Policía Nacional, tras haber cometido una infracción. :: LA VOZ
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Delincuentes que se van de rositas

La Ley los exime de toda responsabilidad penal a pesar de que cometan delitos, una situación que muchos aprovechan para hacer de las suyas Más de medio centenar de niños menores de 14 años son denunciados en la Bahía al año

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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En la novela original de «Peter Pan», a diferencia de los dulcificados dibujos animados de Disney, en el que aparecía como un héroe idealizado, el famoso protagonista era un niñato malcriado, falto de escrúpulos y sin apenas educación. Un «niño perdido» desprovisto de inocencia, que vivía a sus anchas, haciendo lo que querían, libre de adultos que lo castigasen. Un menor cuyo deseo era el de no crecer jamás. Ya que de madurar, dejaría de vivir tantas aventuras.

La Bahía de Cádiz no es el «País de Nunca Jamás». Pero cada año más de medio centenar de «niños perdidos», preadolescentes menores de 14 años, son denunciados por la Policía y la Guardia Civil cuando son cazados cometiendo algún tipo de infracción -a veces incluso delitos- de mayor o menor consideración. Tampoco ellos quieren crecer. No les conviene. Porque mientras no superan los 14 años, pueden infringir la ley sin que los adultos les pidan responsabilidades penales.

Son los menores 'inimputables', que ni siquiera pasan por los Juzgados de Menores, por muy grave que sea el delito. Así lo establece la Ley del Menor (LO 5/2000, de 12 de enero) en un polémico artículo 3, que incluso se ha planteado modificar.

En el primer semestre de 2009, el número de infracciones cometidas por estos niños «inimputables» ha llegado a alcanzar las 53 denuncias en la Bahía de Cádiz, según datos proporcionados por las Fiscalías de Menores de la capital -con competencias sobre la Janda y la Costa Noroeste- y de Jerez -que abarca la Campiña y la Sierra-. Las cifras, sin ser espectaculares, varían de manera irregular de un año a otro: en Jerez, por ejemplo, en 2008 el número de denunciados no superaba la veintena, y ahora en los primeros seis meses supera los 33. Aunque no es un aumento fijo, ya que una pelea multitudinaria puede disparar los datos, de un año a otro. ¿Qué les pasa con estos niños cuando cometen alguna infracción grave? ¿Quedan impunes? Estas preguntas asaltaron con preocupación a la opinión pública, cuando a este verano se atropellaron en los medios de comunicación dos sucesos escalofriantes, cometidos supuestamente por menores de edad: a comienzos de julio, se conocía la violación de una niña de 13 años, supuestamente a manos de cinco chicos de Baena (Córdoba). Y dos semanas después, una agresión similar en Punta Umbría (Huelva) a una niña de la misma edad, donde se vieron implicados otros siete menores de 14 años. Entonces, el debate en torno a la impunidad de estos supuestos criminales se saltó a la agenda política, y el Partido Popular llegó a anunciar que presentaría en el Congreso una proposición para endurecer la actual Ley del Menor, para rebajar la responsabilidad penal por debajo de los 14 años en casos de especial gravedad o menores reincidentes.

Desde travesuras a delitos

Este tipo de casos, por suerte, se cuentan con los dedos, según explica el titular de la Fiscalía de Protección en Cádiz, Pedro Gosalves, por cuyas manos pasan los expedientes de todos los infractores que aún no han contado con los 14 años, antes de remitirlos a la Consejería de Igualdad, que es la entidad pública con competencias de protección sobre estos niños. Muchas de las infracciones podrían considerarse travesuras, por pequeñas lesiones de peleas o faltas de hurto en comercios; aunque entre las más usuales se consideran delitos penados, como la conducción de ciclomotores sin permiso y, a veces, delitos realmente graves, como robos con intimidación. Desde la Fiscalía de Menores de Cádiz se recuerda, por ejemplo, el caso reciente de un chico de Chiclana, que «acumula más de 15 denuncias, algunos incluso por robos», en un grueso expediente de infracciones. El fiscal de Cádiz, Lorenzo Sacaluga, recuerda que en casos como éste, los infractores suelen formar parte de pandillas de amigos que los superan en edad y que acaban achacándoles la culpabilidad de los delitos, para librarse de la imputación». Sin embargo, a diferencia de Peter Pan, los 'niños perdidos' gaditanos, sí terminan por crecer, y en muchos casos pasan sus expedientes a la Fiscalía de Menores. En este sentido, desde la Fiscalía de Menores recuerdan que «muchos de los asuntos que nos llegan, son casos que no se han atendido en la fase de protección», porque, «los dejan hacer hasta que cumplen los 15 años»