«Puede que sea un beneficio»
Actualizado: GuardarTambién se acoge a los números. «Al igual que el puerto de Cádiz no puede competir en determinados tráficos a otros puertos, en el caso de los cruceros no podemos perder de vista que cerramos 2008 con 259 escalas y 225.000 pasajeros y Sevilla tuvo 86 escalas y 18.000 pasajeros», argumenta Rafael Barra a la hora de minimizar el impacto que supone la puesta a punto de la esclusa de Sevilla. Para el presidente de la Autoridad Portuaria de Cádiz, la clave está en que no se compite con el mismo tipo de barco. E incluso convierte la amenaza en una oportunidad de negocio. «Podría darse el caso que incluso esta situación se convirtiera en una oportunidad para ambos puertos, como pasó con Málaga cuando se convirtió en puerto base. Al estar a una noche de navegación, Cádiz se benefició y entró en el itinerario de los viajes que van a Málaga, navegan una noche y al día siguiente amanecen en Cádiz o viceversa», manifiesta confiado Barra.