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Un conflicto laboral que desembocó en crisis social

El libro, 'El pueblo en la calle', recoge la importancia del movimiento social en la reconversión industrial de la Bahía

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Merecía la pena dar una visión más matizada y completa de la Transición. A veces parece que aquello se resumió en los Pactos de La Moncloa y en lo 'buenos' que fuimos todos, cuando la situación fue mucho más plural, compleja e indeterminada». Así sitúa José Luis Gutiérrez Molina, uno de los autores del libro 'El pueblo en la calle' que se presentaba ayer en la Asociación de la Prensa de Cádiz la importancia que tuvo el movimiento social en torno a las reconversiones industriales sufridas en la Bahía, y más concretamente en el latigazo de 1987 en los Astilleros de Puerto Real.

El libro, editado por el Centro de Estudios Andaluces de la Junta y escrito a tres manos, está planteado desde una perspectiva antropológica. En él se suman las fuentes documentales, y los testimonios orales de sindicalistas y otras personas participantes en aquel proceso. Las entrevistas han sido afrontadas por Beltrán Roca, del área de Ciencias Sociales de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales adscrita a la Universidad de Cádiz. Del apartado más teórico se ha hecho cargo David Florido, del departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla. Y Gutiérrez Molina se ha encargado del contexto histórico y de la base de la cronología que aparece al final de la obra.

El más veterano de los tres autores valora el trabajo de puesta en común: «Este es uno de esos libros en los que mezclamos todo, ha habido intercambio de textos y de trabajo, porque lo hemos trabajado entre los tres».

Beltrán Roca explica su trabajo de recogida de unos testimonios en los que se incluye la experiencia vital de aquellos sindicalistas, más allá del conflicto laboral; «cómo era su vida y la de su familia, que giraban en torno a la fábrica, su seña de identidad giraba en torno a los astilleros», establece.

El investigador de la Universidad de Cádiz califica de «episodio dramático» el momento histórico concreto: es una época de tránsito hacia la sociedad postindustrial, un momento en el que se registra un cambio de peso en la organización del trabajo: «Antes de la reconversión existía un modelo gremialista y proteccionista, con el economato, la idea de un empleo de por vida y unos aprendices que ya estudiaban con un compromiso de contratación», detalla.

Porque aquel año 87 fue el final de una época y el comienzo de otra, que Gutiérrez Molina cree que se debe aplicar al paisaje humano en este marco geográfico, y en especial para Puerto Real: «esta era una industria que durante casi un siglo le había dado de comer, y este cambio en las relaciones laborales y sociales marcará un antes y un después». Gutiérrez Molina describe esa implicación de todos: «Un conflicto laboral pasó a convertirse en un conflicto social», extiende.

Este cambio drástico también afecta al modelo laboral, tal como resume Roca: «Si antes, en los años 70, se intentaba integrar a las contratas, ahora de nuevo a la subcontratación; y ese flexibilidad impone y genera cambios en la cultura, la identidad y la trayectoria de las perso nas, y en la vida ritual de las ciudades», refleja sobre el estado actual de las cosas.

De hecho, el antropólogo de la Universidad de Cádiz considera que Puerto Real no ha conseguido alzar el vuelo desde entonces: «Se está intentando diversificar la industria, pero en un sistema global es algo muy difícil».

Otro de los elementos de interés que valora Roca es el 'choque' pacífico de dos modelos de sindicalismo, que no es contradictorio con la unidad de los trabajadores: «Nos encontramos con el sindicalismo de Estado, más 'pactista', de Comisiones Obreras y UGT, y otro más combativo, representado por el CAT, de inspiración autogestionaria, y la CNT, de carácter anarcosindicalista».

El resultado de esa mezcla es un modelo mixto: ni se aborda puramente la acción directa, ni está controlado por las grandes centrales sindicales desde arriba. A ello se suma una vocación de compromiso que queda plasmada en una historia que recupera Beltrán Roca: «En los años 70 estaban reparando en San Fernando al 'hermano' chileno de Elcano, en el que habían torturado a gente durante la dictadura de aquel país; y allí se fueron los trabajadores de Puerto Real se fueron a boicotearlo».

Gutiérrez Molina refleja que una de las pretensiones de la obra es retratar el contexto en que se produce la reconversión del 87. «Es una fase más de las que se inician en el 79, tras la muerte de Franco», concreta. Para este estudioso, este movimiento de los trabajadores forma parte de una visión más compleja de la Transición Española: «En Puerto Real hay una presencia que la dota de un carácter especial, con la existencia de hombres, mujeres y organizaciones que no están dentro del arco de la Transición, como la CNT o el CAT».

«Muchas de las luchas autónomas de los años 70 no aparecen en los manuales, porque no se adecuan a la versión oficial», incide Beltrán Roca sobre este asunto.