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La tragedia de Bhopal sigue viva 25 años después

El desastre se originó al producirse una fuga de 40 toneladas de isocianato de metilo en una fábrica de pesticidas propiedad de la compañía estadounidense Union Carbide

REUTERS
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Estaba considerada un símbolo de una India nueva y emergente, una factoría que no sólo generaría miles de puestos de trabajo, sino que fabricaría pesticidas baratos para millones de agricultores. Pero la planta Union Carbide de la ciudad de Bhopal, en el centro del país, ha dejado un legado mucho más poderoso después de liberar accidentalmente gases tóxicos a la atmósfera que mataron a miles de personas y causaron enormes sufrimientos a muchas más en el peor desastre industrial del mundo.

Un cuarto de siglo después, las abandonadas instalaciones siguen en pie, pero detrás de sus puertas de hierro se encuentra lo que los ecologistas califican de "un desastre dentro de un desastre": un lugar tremendamente contaminado que según un nuevo estudio está envenenando lentamente el agua potable de miles de indios.

Desde hace mucho tiempo, Bhopal ha proyectado su sombra sobre el país y sobre cómo gestiona los retos de una población de 1.100 millones de personas, en su mayoría pobres, mejora su salud y sus normas de seguridad en un contexto de una economía de fuerte crecimiento.

"Nuestras conclusiones sugieren que todo el lugar está muy contaminado", ha asegurado Sunita Narain, director del Centro de Ciencia y Medio Ambiente que tiene su sede en Nueva Delhi, tras analizar en octubre los niveles de toxicidad del agua y tomar muestras de tierra dentro y fuera de la planta. "El emplazamiento de la factoría de Bhopal está provocando una toxicidad crónica que supone una continua exposición mínima que lleva al envenenamiento de nuestros cuerpos".

Secuelas

En la madrugada del 3 de diciembre de 1984, unas 40 toneladas métricas del gas toxico metil isocianato se filtraron a la atmósfera y fueron llevadas por el viento a los empobrecidos barrios vecinos. El Gobierno dice que unas 3.500 personas murieron, pero según varias organizaciones, 25.000 personas fallecieron inmediatamente y en los años posteriores.

Activista y empleados médicos dicen que otras 100.000 personas que sufrieron exposición al gas siguen padeciendo las consecuencias. Cáncer, ceguera, dificultades respiratorias, desórdenes inmunológicos y neurológicos, desórdenes reproductivos femeninos, así como defectos de nacimiento en los niños de las mujeres afectadas son algunas de ellas. La tragedia de este desastre, aún continúa.