Ana María, de cuatro en cuatro

Se llaman Salvador, Álvaro, Soraya y Ainara. Tienen tan sólo unas horas de vida y menos de dos kilos cada uno, pero la sangre cuartetera corre por sus venas desde que sus corazones comenzaron a latir en el vientre materno. Son hijos de Ana María Sánchez, una de las primeras mujeres que se atrevió a pisar las tablas del Gran Teatro Falla como componente de la modalidad más difícil del concurso del Carnaval: el cuarteto. Todo un reto para un sector dominado durante décadas por el sexo masculino.

Ahora, la vida le paga con la misma moneda. Ana María dio ayer a luz cuatrillizos en el Hospital Puerta del Mar, casualmente el número de componentes que forman un cuarteto. Poco antes de las doce del mediodía, nacían los bebés, los futuros herederos de la parodia. Su abuelo, un veterano de la modalidad, será el encargado de su aprendizaje en el arte de hacer reír, retomando las clases que hace años impartió a su hija.

Francisco Sánchez se ha dedicado a la modalidad desde 1975 y cuenta con numerosos primeros premios en el concurso. Despacio 2002, Mario Carmelo y sus muñecos, El guía Cipriano y tres turistas italianos, La señorita Maribel y tres niños de EGB o Las primerizas son algunos de los más conocidos.

El abuelo de la familia lo ha tenido claro desde que se enteró de que su hija estaba embarazada de cuatro niños. «Estos van a ser cuarteteros», aseguró ayer después de ver aparecer a su descendiente en buen estado por la puerta de la habitación. De hecho, relataba el parto como si se tratara de una parodia. «Cuando salieron del quirófano parecían el coro de Julio Pardo. Más de seis o siete médicos sacaron a los bebés», contó Francis, que ya ha confirmado el debut de los pequeños en el Falla. «Será cuando tengan seis años, la edad mínima para concursar, y saldrán en un cuarteto escrito por mí. Me lo ha pedido mi hija», añadió.

El padre de los cuatrillizos, Salvador Alarcón, también tiene asumido que el cuarteto será la gran afición de sus hijos. «Cualquiera le dice que no al abuelo», ironizó, aunque recordaba con orgullo su paso por el concurso en 2002. Cuando pasen unos meses, la familia al completo regresará a su domicilio de Mijas, donde residen para poder atender el negocio que regentan en la localidad malagueña de Fuengirola. «Hemos decidido venirnos porque nuestros hijos tenían que nacer en Cádiz», agregó.