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Y el séptimo día... no compró
La Justicia alemana atiende la demanda de las autoridades religiosas y prohíbe abrir los comercios en domingo
CORRESPONSAL. BERLÍN. Actualizado: GuardarEl Gobierno de Berlín, consciente de la importancia de la ciudad como capital del país y metrópoli emergente de Europa, aprobó hace tres años una ley que alegró la vida a millones de ciudadanos, pero que enfureció a la jerarquía de las dos iglesias más importantes de país, la católica y la evangélica.
Para explotar mejor los atractivos de la capital, las autoridades de la ciudad reformaron la ley que regula la apertura de los comercios y permitieron que éstos abrieran sus puertas hasta 10 domingos y días festivos al año, entre ellos los cuatro previos a las fiestas navideñas. Pero, lo que parecía una buena idea, se entendió como un atropello a la carta magna germana por parte de las autoridades religiosas, que decidieron recurrir al Tribunal Constitucional, la máxima instancia jurídica, para acabar con la profana medida. «La constitución alemana establece que el domingo y los días festivos reconocidos oficialmente quedarán protegidos por ley y como días de descanso laboral y de recogimiento espiritual», señalaron las autoridades religiosas en su recurso.
La disputa llegó ayer a su fin con un dictamen del Tribunal Constitucional que dejó contento a medio mundo. Los jueces declararon parcialmente anticonstitucional la legislación sobre la apertura de comercios que rige en Berlín y manifestaron que abrir los cuatro domingos de Adviento atenta contra la protección de este día como jornada de descanso y recogimiento espiritual, como se estipula en el artículo 139 de la Ley Fundamental germana.
Pero los jueces también se doblegaron al clamor popular y empresarial y admitieron que los comercios de la capital podrán abrir sólo ocho domingos al año, pero no de forma continua. La Corte también permitirá a los comerciantes trabajar otros dos domingos o festivos al año por «motivos excepcionales», como fiestas empresariales o callejeras, previo aviso público.
«Es una clara señal contra el consumo desmedido», señaló el presidente de la Conferencia Episcopal, Robert Zollitsch, al comentar la sentencia, mientras que el máximo representante del comercio minorista de Berlín, Nils Busch-Petersen, se mostró satisfecho por la sentencia y señaló que las dos Iglesias germanas no habían salido bien paradas con la medida. «Nosotros, en cambio, podemos vivir con este fallo», añadió.
El Gobierno berlinés, por su parte, anunció que volverá a reformar la ley que regula la apertura de los comercios el próximo año, tal y como dictaron los jueces, aunque tampoco descarto recurrir la sentencia. «Con la nueva reglamentación intentamos adecuarnos a los cambios que está viviendo la sociedad y que no podemos ignorar», razonó el alcalde de la ciudad, Klaus Wowereit. El político socialdemócrata también rechazó las críticas de las iglesias con un argumento categórico. «No obligamos a nadie a abrir sus tiendas y tampoco se obliga a nadie a comprar los domingos», concluyó.