Salida de excepción
Honduras precisa una solución que palie el déficit democrático y restaure la convivencia
Actualizado: GuardarLas elecciones presidenciales del domingo en Honduras, previstas antes del golpe de Estado que obligó a Manuel Zelaya a abandonar el país, se desarrollaron tras el flagrante incumplimiento del llamado 'Acuerdo de Tegucigalpa' por parte de Roberto Micheletti. Incluso en el caso de que el escrutinio se realizara sin fraudes, concediendo la victoria a Porfirio Lobo, es evidente que el proceso electoral estaba viciado desde la intervención militar del pasado 28 de junio. La expresión verdaderamente libre de la voluntad de los hondureños precisaba respetar el acuerdo alcanzado entre Zelaya y Micheletti para devolver al país a la senda democrática. Pero los comicios se llevaron a cabo a partir de la fáctica imposición de un estado de cosas que se aleja de las condiciones que precisa cualquier convocatoria electoral libre. Aunque, como ayer señaló el presidente Rodríguez Zapatero, el no reconocimiento formal del resultado de las urnas en ningún caso puede soslayar el hecho incontrovertible de que las elecciones se celebraron. Será difícil recuperar el espíritu del 'Acuerdo de Tegucigalpa' una vez consumada la cita con las urnas. La posibilidad más honrosa para recuperar la convivencia y el pluralismo en Honduras sería compatibilizar el regreso de Manuel Zelaya a la presidencia del país con el posterior reconocimiento de Porfirio Lobo como nuevo presidente. Porque sólo la condena del golpe de Estado que implicaría la devolución de la máxima magistratura del país a las legítimas manos de Zelaya podría paliar el déficit democrático de unos comicios presidenciales desarrollados frente a la llamada a la abstención por parte del mandatario depuesto y sus seguidores. Esta salida de excepción quedaría irremisiblemente ensombrecida por la intervención de las fuerzas armadas hondureñas y el poder fáctico al que dieron lugar hace cinco meses. Pero cuando menos habría una solución que permitiría, de paso, recuperar la sintonía que necesita la comunidad iberoamericana.