Turistas en la plaza de Grazalema durante el Puente de la Inmaculada de 2008. :: ANTONIO ROMERO
Ciudadanos

La Sierra cuelga el cartel de lleno para este puente de La Inmaculada

En la zona alta ya no se pueden encontrar plazas en hoteles o en casas rurales. Los hosteleros se preparan para la avalancha

GRAZALEMA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Conseguir una plaza hotelera o una casa rural para el puente de La Inmaculada en la zona alta de la Sierra de Cádiz, Grazalema, Benamahoma, Zahara y El Bosque, entre otras localidades, resulta una tarea imposible porque desde hace unos días todas sus plazas de alojamiento se encuentran reservadas. Esta situación confirma que, incluso en época de crisis, la comarca sigue siendo el destino preferido de la provincia en esta época del año. Asimismo, estas mismas localidades también tienen prácticamente todas sus plazas reservadas para los últimos días de 2010.

El delegado de Turismo del Ayuntamiento de Grazalema y alcalde pedáneo de Benamahoma, Joaquín Ramón Gómez (PSOE), reconoce que esta localidad y su pedanía se encuentran totalmente repletas y «seguro que viviremos un puente muy animado en el que cientos de personas se acercarán a disfrutar con nosotros de nuestro entorno».

La presidenta de la Asociación de Turismo Rural y propietaria del Hotel Restaurante Los Tadeos, Olga Galván, reconoció que «esperamos mucho de este puente pero aunque resulta complicado conseguir una plaza para quedarse, en la zona de Zahara aún puede encontrarse algo», aseguró. Además, los visitantes comienzan a hacer reservas en otras zonas cercanas al eje Grazalema-Benamahoma-El Bosque, por lo que municipios como Prado del Rey volverán a ser el rebosadero de estas localidades que ya están repletas. Los anteriores puentes fueron mucho más positivos para el negocio que lo que los propios hosteleros esperaban y Galván reconoce que: «tanto en el del Pilar como en el de Todos los Santos todo fue mucho más positivo de lo que en principio temíamos y recibimos a muchos visitantes». Tales circunstancias han devuelto el positivismo a unos negocios que estaban sufriendo la falta de frío en el inicio del otoño y que ahora se quedan a la espera de alguna nevada para completar una buena temporada turística de invierno.

Efectos de la crisis

Los propietarios y gerentes de los hoteles serranos destacan de entre los efectos que la crisis está teniendo sobre sus negocios, una cierta bajada en fines de semanas normales y un retraso en las reservas de las fechas más señaladas. Galván reconoce que «antes nos reservaban las habitaciones con semanas de antelación y ahora hay que esperar a última hora para saber si estaremos completos aunque al final siempre se animan los visitantes y llenamos», destacó.

En cuanto al sector hostelero, Antonio Gil, propietario del restaurante El Tabanco de El Bosque, entienden que la crisis no ha hecho que bajen las visitas en fechas tan señaladas pero «si que se nota mayor contención en el gasto y la gente se mira mucho a la hora de pedir», aseguró, añadiendo que «se consume menos y eso se nota, sobre todo, en el tema de los vinos y los postres».

En otras poblaciones turísticas de la Sierra como Arcos el tirón del puente de La Inmaculada es mucho menor y aún se pueden encontrar plazas hoteleras fácilmente, aunque a última hora se espera que alcance una buena ocupación aunque sin llegar al completo.